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Álex Márquez confía en que Jerez le sirva de talismán a Honda para cambiar su suerte en este complicado arranque de temporada para los cuatro pilotos de HRC. El de Cervera afronta esta sexta cita del curso 2022 clasificado muy abajo en la general del campeonato, una 17ª plaza que no contento al menor de los Márquez, separado ya del líder del mundial, Fabio Quartararo, por un total de 56 puntos.
En la última cita celebrada en Portimao, el #73 no pudo replicar su rendimiento del año pasado en el Gran Premio del Algarve. El catalán sufrió los mismos problemas que sus compañeros de fábrica en el tren delantero de su RC213V, y ahora que MotoGP celebrará un nuevo test oficial el lunes posterior al Gran Premio de España, el piloto del LCR Honda confía en que las novedades que llegarán desde Japón les ayudarán a darle la vuelta a la tortilla.
Antes de arrancar la cita de Jerez, Álex Márquez charló con la prensa en el paddock del trazado andaluz y abordó varios temas.
Quiere quitarse en Jerez la espinita de Portimao: "Volver a Jerez es bonito, y más en un fin de semana en el que vamos a tener mucho público, y eso es muy especial. Con ganas y muy motivado. En Portimao tuve buenas sensaciones, pero el domingo en carrera... medio, me quedé con sabor agridulce. Las expectativas para mí eran algo más altas, séptimo sí, pero muy lejos de la cabeza y sin sentirme a gusto. Aquí intentaremos probar lo que no probamos allí, de setup y cosas pequeñas. A ver si al menos puedo sentirme algo más a gusto y disfrutar más con la moto. El top 10 será nuestro objetivo".
Si tuviera que elegir entre la moto del año pasado y la 2022, ¿con cuál se quedaría? "Tenemos que encontrar un punto intermedio. Es cierto que con la moto anterior rendíamos un poco mejor, conseguíamos mejores resultados. Pero creo que es algo normal, ya lo dije en pretemporada, es una moto nueva y tenemos que descubrir muchas cosas de ella, sabemos que tenemos más grip pero también más problemas delante, y ahora no podemos quitar ese grip extra que tenemos".
Niega que dentro de Honda haya dos líneas de desarrollo distintas: "Se malinterpretaron mis palabras, no estamos trabajando en dos direcciones, todos estamos trabajando en la misma. Las evoluciones que van a venir son para todos, no sólo para un piloto. Es ahí donde vamos a mejorar. Todos tenemos un problema con el tren delantero. Lo que dije es que, quizás por el estilo de pilotaje, Marc y yo sufrimos algo más, o lo acentuamos más, pero si vienen mejoras en la parte delantera y conseguimos que la moto gire mejor y tengamos buenas sensaciones, Nakagami y Pol también darán un paso importante, y ahí podremos extraer el punto fuerte de esta moto en comparación al año pasado, que es el grip trasero".
La moto no ha perdido ese agarre extra que encontraron en pretemporada: "Para mí el grip trasero no es un problema, sigue siendo igual. Está claro que a veces tenemos problemas de grip, pero para mí no viene de ese punto, viene porque no estamos preparados para extraer el máximo grip porque no estamos posicionados en la curva como deberíamos estar para levantar la moto y utilizar la potencia. Por datos parece que la entrada en curva, que es donde sufrimos, y el giro, que es lo que nos falta sobre todo, hace que no estés tan preparado para levantar la moto, poner la potencia ahí y aprovechar ese grip. Sufrimos porque vamos muy inclinados y no podemos hacer las líneas que con una MotoGP, con pocos metros, no puedes hacer ahora mismo".
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¿Qué le pediría a Honda ahora mismo para tener una moto más competitiva? "Pedir puedo pedir de todo... pediría la parte de delante del año pasado y la trasera de este año, pero eso no puede ser. Al final cuando ganas grip, pierdes otras cosas. Hay que buscar el equilibrio de esta moto para que tengamos el grip con un buen giro. No sería la carta para los Reyes Magos, pero sí para mi cumple, que ya ha pasado pero aún están a tiempo (risas)".