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Jack Miller tiene 20 carreras por delante para demostrarle a su fábrica que se merece seguir en el seno del Ducati Lenovo Team al menos una temporada más. En realidad, el australiano no disfrutará de tanto margen para conseguir los resultados que le aseguren la renovación de su contrato, por eso Miller es plenamente consciente de que debe darlo todo en los primeros grandes premios de 2022 para que en Borgo Panigale no empiecen a buscarle un reemplazo en otros equipos, empezando por el PRAMAC Racing, donde Jorge Martín se ha marcado como objetivo vestirse de rojo a partir de 2023.
El año de Jack no empezó nada bien en Qatar; en el qualifying, fue capaz de asegurarse la cuarta plaza en la parrilla de salida, una posición que invitaba al de Townsville a soñar con un posible podio el domingo. Sin embargo, la electrónica de su Desmosedici le jugó una mala pasada, y nada más darse la salida, Miller empezó a notar que el motor de su Ducati no entregaba toda la potencia esperada, un problema de rendimiento que se fue agudizando con el paso de las vueltas hasta que el #43 no tuvo más remedio que tomar el carril de boxes.
El hecho de no haber puntuado en la primera carrera del año por un problema ajeno a él deja a Miller en la misma posición en la que estaba antes de su llegada a Qatar en lo que respecta a su futuro con Ducati, una situación que para el australiano "es igual todos los años por esta época", muy atento a lo que se escribe en la prensa sobre su futuro. "Todos los periodistas del mundo empiezan a escribir mierda sobre esto, sobre mí, sobre cómo voy a perder mi trabajo, sobre cómo terminé, descartándome", lamentó Jack en Losail.
Miller, que ya tuvo que ganarse el año pasado la prolongación de su contrato por una temporada más, tiene asumido que el devenir su carrera deportiva es "igual que siempre", consciente de que sólo sus resultados le permitirán seguir corriendo en Ducati: "No hay nada que pueda hacer, no tengo control sobre eso. Todo lo que puedo hacer es el mejor trabajo que pueda en la pista. Si mantengo mi trabajo, mantengo mi trabajo; si no lo hago, no lo hago. Quiero decir, es la misma mierda con la que tengo que lidiar todos los años. No entiendo por qué tengo que lidiar con eso y otros no. Pero lo acepto y continúo".
Lo que sí ha hecho Jack en este arranque de 2022 es enfocar su temporada desde otra perspectiva. El australiano asegura haber cambiado el 'chip' respecto a 2021, y aunque sabe que tiene potencial y velocidad para estar arriba en cada carrera, prefiere no pensar a largo plazo y caer en el error de confiarse en exceso: "Tal vez el año pasado tenía más expectativas de mí mismo, una falsa sensación de expectativa, digamos. Este año estoy tranquilo, siento que lo que será, será. Gané mucha experiencia el año pasado".
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El piloto de 27 años cree que la prensa no está siendo justa con los resultados que obtuvo en 2021, cuando logró dos victorias y tres podios más que le permitieron finalizar el curso en la cuarta plaza con 71 puntos menos que su compañero de equipo y subcampeón del mundo, Pecco Bagnaia: "Nadie habla de esto, pero terminé cuarto en el campeonato. Pero todo el mundo parece olvidar eso tan pronto como llega la maldita Navidad. El año pasado comencé con otro chip, diciendo 'Voy a ser un candidato al título'. Y luego me abofeteó algo de realidad y me trajeron de vuelta a la Tierra y pude hacer una temporada más o menos buena a partir de entonces, con algunos contratiempos. Pero es que eso es competir. Este año estoy tratando de comenzar con humildad, calma y haciendo mi propio campeonato", concluye Miller.