![]() @todocircuitoweb |
Jorge Lorenzo tuvo un punto de inflexión en 2019. Ese mismo año culminaría su carrera deportiva tras cinco mundiales en 250 cc y MotoGP de la mano de Aprilia y Yamaha. No ha escondido en ningún momento que su retirada fue motivo de las caídas. Y es que con los años (y las caídas), los pilotos van acumulando experiencias negativas que van emergiendo en falta de confianza y, cómo no, un bucle que termina en resultados nefastos, y la retirada.
Algo así le pasó al mallorquín. Tras fichar por Honda para la temporada 2019 empezó la debacle; aunque su adaptación era lenta, al menos conseguía mejorar su estilo a la RC213V, pero por poco tiempo. El Gran Premio de Holanda fue el auténtico punto de inflexión para él: una grave caída le fracturó dos vértebras dorsales y le obligó a quedarse en casa durante cuatro carreras. Regresaría en Silverstone, pero ya nunca volvería a ser el mismo.
El miedo a las lesiones y su nula confianza le hicieron mella, de tal manera que no quiso arriesgar más ni volver a pasar los límites en el motociclismo: "Esa caída marcó un punto de inflexión hasta decir 'en este deporte te puedes hacer realmente daño', ¿y vale la pena perder los próximos 20, 30, 40 años por intentar ganar algunas carreras más o un título más?".
Desde entonces, es muy habitual verle por el paddock del Mundial de MotoGP, competición a la que, inevitablemente, siempre estará ligado y nunca pierde cancha. En la docuserie de MotoGP que emite DAZN, "Una vida contra reloj", los veteranos del Mundial hablan sobre su retirada, sobre las nuevas (y muy distintas) generaciones de pilotos y sobre la retirada. Entre las apariciones encontramos a Jorge, Carlos Checa, Aspar, Alberto Puig... Todos ellos están de acuerdo en lo mismo: una caída fuerte lastra la mente del piloto, y nunca vuelve a ser el mismo.
Y bien lo sabe Jorge Lorenzo, que a pesar de haber tenido una trayectoria no tan marcada por las lesiones y las caídas como otros pilotos, supo poner punto y final a una debacle que podría haber ido a peor con los años: "Con 30, 31, 32, te vuelves más precavido y eso lo noté más que en caída, en cada caída con lesión importante. Es como una piedra que se va añadiendo a tu mochila mental de experiencias negativas que te hacen ser más precavido cuando te enfrentas a las mismas condiciones que te hicieron caer y te hicieron lesionarte".
Leer también: "Marc Márquez rodó a +-1,5 segundos del récord del kárting de MotorLand", cuenta Jové
A pesar de ello, no pierde comba en el Mundial, donde es muy habitual verle en el paddock. Lo mismo saludando a su ex compañero de box, Valentino Rossi, que a Gigi Dall’Igna, su ex jefe en Ducati Corse entre 2017 y 2018, e incluso a Pedro Acosta, con quien parece tener una estrecha relación: "El fenómeno. Tú siempre tirando. Tirando y ganando", siempre aconsejándole desde el respeto a las caídas y su dilatada experiencia.