 Redacción @todocircuitoweb |
Razlan Razali ha tenido que hacer más números que nunca para poder sacar adelante su nuevo proyecto en MotoGP, el Yamaha RNF MotoGP Team, una estructura que ha visto la luz en tiempo récord después de que el empresario malasio supiera el pasado verano, en el mes de agosto, que Petronas no estaba dispuesta a seguir financiando el proyecto mundialista del Sepang Racing Team en ninguna de las tres categorías del campeonato.
Hasta ahora, Razali no había tenido que preocuparse en exceso por la economía del equipo gracias al importante respaldo que la petrolera malasia le ofrecía al ya extinto Petronas Yamaha SRT Team, un equipo que nació en 2019 con un importante apoyo por parte de la fábrica de Iwata, responsable de asumir los salarios de sus pilotos para garantizarse así una cierta influencia en su único equipo independiente de la parrilla.
Para Razali, esta relación tan particular que ha mantenido hasta ahora con Yamaha es un acuerdo que beneficia a ambas partes, y no tiene ningún reparo a la hora de extender esta vinculación al nuevo WithU Yamaha MotoGP Team: "Nuestra relación con Yamaha es excelente. Saben de la importancia de tener un equipo satélite fuerte, y es el estatus por el que yo he estado luchando. Yamaha no nos ve simplemente como un cliente que le paga dinero", afirma Razali en una entrevista reciente ofrecida a Speedweek.com.
Para demostrar el peso que Lin Jarvis y que Yamaha tienen dentro de su equipo, Razlan Razali pone el ejemplo de lo ocurrido con el nuevo campeón de MotoGP, Fabio Quartararo, un hombre que llegó a la disciplina de Petronas en 2019 cuando pocos apostaban por él en Moto2: "La decisión de fichar a Fabio Quartararo en 2018 fue conjunta. El año pasado fue el único piloto Yamaha en el que se podía confiar. Más tarde cedimos a Franco al equipo oficial, y hemos acabado en las últimas posiciones, ¿quién querría ver algo así?", destaca Razali para remarcar su compromiso con el fabricante japonés.
Obviamente Yamaha también tiene mucho que ganar en el acuerdo que mantienen con Razali. Además de guardarse la posibilidad de ascender al equipo oficial a cualquier de sus pilotos, los de Iwata también reciben una cantidad de dinero importante cada año por parte de Razali para poder utilizar sus Yamaha YZR-M1, un leasing que ronda los 2,5 millones de euros anuales para una moto oficial como la que llevará Andrea Dovizioso en 2022, y algo menos -no llega a 2 millones de euros- para la M1 Spec-A con la que debutará Darryn Binder.
"Cuando se trata de elegir a un piloto, lo hacemos conjuntamente con Yamaha", recuerda Razali. "Estamos contentos de ellos paguen a los pilotos, pero nosotros a cambio tenemos que pagar las cuotas del alquiler de las motos, por eso también tenemos voz y voto sobre los pilotos", destaca el empresario malasio.
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Ya sin el respaldo económico de Petronas, Razlan Razali tiene que vigilar más que nunca la economía de su equipo en MotoGP si quiere garantizar su viabilidad. El que fuera director del Circuito de Sepang calcula que cada temporada que estén en MotoGP les costará "de 11 a 13 millones de euros", un presupuesto que llega de diversas fuentes: su patrocinador principal, WithU, aporta algo menos de 4 millones de euros por temporada, mientras que Dorna entrega al equipo algo más de 5 millones anuales en concepto de derechos de televisión; el resto del presupuesto se complementa con las aportaciones de pequeños sponsors que aparecen en las vestimentas de los pilotos y el personal del equipo.
Del total de gastos que tendrá que asumir el WITHU Yamaha RNF Team, prácticamente la mitad se van en el alquiler de las motos y en las actualizaciones que irá recibiendo la M1 de Andrea Dovizioso a medida que avance el 2022, unas piezas que se pagan al margen del leasing sólo si el equipo quiere que 'Dovi' goce del mismo material que los pilotos de fábrica.
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Y aunque Yamaha se encarga de pagar los sueldos de Andrea y de Darryn Binder, el WITHU Yamaha RNF Team está formado por más de 60 personas que, además de percibir un salario, tienen que viajar por todo el mundo a lo largo de una temporada completa, y esto supone un desembolso anual para el equipo que supera los cuatro millones de euros. Desde luego, cifras que asustan en una época de incertidumbre económica a nivel global.
