 Por Alfonso Somoza @sukosomoza |
MotoGP ha sido, es y será siempre el pináculo del motociclismo, el campeonato en el que todas las fábricas invierten sumas de dinero astronómicas para intentar ganar una décima por vuelta que les ayude a conquistar la ansiada Triple Corona de Pilotos, Fábricas y Equipos.
En los últimos años, especialmente desde que Ducati dio el pistoletazo de salida a la guerra aerodinámica en la categoría reina, los prototipos del campeonato equipan cada temporada un mayor número de artilugios y dispositivos que elevan un poco más el exigente nivel que ha alcanzado el MotoGP actual.
Hoy en día, si una moto no cuenta con alerones para generar downforce, un 'start device' delante que baje la altura de la horquilla en las salidas o un holeshot trasero que rebajar el centro de gravedad incluso en carrera mejorando todavía más la aceleración del prototipo, un piloto no tiene nada que hacer para combatir al resto de máquinas de la parrilla.
Pol Espargaró habló hace unos días sobre la guerra que a día de hoy mantienen las fábricas del campeonato para conseguir la mejor moto de la parrilla, una dinámica que en cierto modo está empezando a dejar en un segundo plano la propia habilidad del piloto y su capacidad para ser competitivo si no cuenta con los mismos 'gadgets' y dispositivos que sus rivales.
"Pienso que cuando la tecnología es tan elevada, el humano empieza a tener menos capacidad de improvisación", manifestó el piloto de Honda en Assen. "Cuando la electrónica no te permite abrir antes o sólo en el punto perfecto, cuando la tracción está dada a la perfección por la electrónica, cuando tienes una Ducati delante con 20.000 alas que evitan que puedas cogerle el rebufo y te generan una cantidad de turbulencias increíbles y no te puedes poner detrás ni adelantar... Las fábricas necesitan este nivel de tecnología para evolucionar y llevarlo a la calle, es para lo que sirve MotoGP".
Pol está de acuerdo en que MotoGP debe ser el referente tecnológico del mundo de las dos ruedas a pesar de que, inevitablemente, esto pasa factura a los pilotos: "Cuando llega un punto tan elitista evidentemente los pilotos tienen menos que decir, cuando una moto funciona a la perfección, las otras se ven un poco afectadas. Pero es lo que hay, es la élite del motociclismo y las fábricas invierten mucho dinero. El piloto tiene importancia, pero también la fábrica".
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El menor de los Espargaró bromeó incluso con la idea de ver una parrilla de MotoGP monomarca con 24 máquinas como la suya: "A mí me gustaría que toda la parrilla usara Honda (risas), y así veríamos los pilotos más rápidos cada fin de semana, pero esto es irreal, esto pasa en Moto2 y un poco en Moto3, pero en MotoGP es impensable, es lo que tenemos".
El #44 del Repsol Honda Team lamenta que la moto no les esté acompañando este a los pilotos de HRC, especialmente ahora que, a nivel de pilotaje, Pol se encuentra en mejor estado de forma que nunca: "A veces puedes pilotar de una manera increíble y terminas sexto, y dices ¿cómo puede ser? Es lo que hay. Aquí entra el binomio piloto-fábrica. Cuenta todo, moto y piloto, y todo el staff que nos rodea", concluye el catalán.
