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Que Maverick Viñales no pilotará una Yamaha el próximo año es un hecho. El piloto de Roses hacía oficial esta misma mañana su divorcio con los de Iwata a través de un breve comunicado de prensa en el que la fábrica japonesa decidía rescindir su contrato a partir del próximo 31 de diciembre a petición del propio piloto, una decisión que a Maverick le supondrá perder los cerca de cinco millones de euros que habría cobrado en 2022 de haber cumplido su contrato de forma íntegra.
El de Roses tiene por delante cinco semanas de descanso para decidir qué hará el próximo año, un curso en el que todas las motos de fábrica, a excepción de un asiento, ya tienen dueño. En el Repsol Honda Team, Marc Márquez acabará su contrato en 2024 tras su última e histórica renovación, mientras que su compañero de box, Pol Espargaró, firmó su primer contrato con HRC hasta 2022.
En Ducati, Pecco Bagnaia saltó al equipo oficial con un acuerdo por dos años (2021 y 2022), y su compañero Jack Miller se aseguró hace sólo unas semanas la extensión de su contrato con los de Borgo Panigale por un año más. Suzuki tiene atados a sus dos pilotos de fábrica -Joan Mir y Alex Rins- hasta 2022, al igual que KTM, que hace poco renovó a Brad Binder por un periodo de tres años (2021-2023) y que tiene a Miguel Oliveira asegurado hasta el 31 de diciembre de 2022.
A día de hoy, Aprilia es la única fábrica que puede ofrecerle a Maverick Viñales una moto 100% oficial. Los de Noale dejarán de colaborar en 2022 con Gresini para establecerse por su cuenta como equipo Factory junto a Aleix Espargaró y un segundo piloto que todavía está por anunciar. Hace sólo unos días, la mayoría habría apostado su dinero por Andrea Dovizioso, que hace sólo unos días completo en Misano su tercer test al manillar de la RS-GP; sin embargo, la ruptura de Maverick con Yamaha podría darle un giro de 180º a la relación de 'Dovi' con Aprilia.
Además de la RS-GP oficial, el piloto español también podría encontrar acomodo en un equipo satélite con respaldo total de una fábrica. De hecho, en Assen ya se habló de la posibilidad de ver a Maverick Viñales corriendo con una de las Ducati del nuevo ARAMCO VR6 Racing que Valentino Rossi desplegará en MotoGP el próximo año.
Ducati -que ya intentó fichar a Viñales hace un año- confirmó en los Países Bajos su intención de suministrarle al equipo de Valentino una Desmosedici oficial con las mismas especificaciones que llevarán las motos del Ducati Lenovo Team en 2022: "Tendrán una moto oficial, y el segundo piloto llevará una moto de 2021 con las últimas actualizaciones", manifestó Paolo Ciabatti a SKY Sport MotoGP en Assen cuando le preguntaron por las motos del ARAMCO VR46 Team.
La actuación que este año está llevando a cabo Johann Zarco en el campeonato -segundo clasificado de la general y mejor Ducati de la parrilla- demuestra que hoy en día se puede ser competitivo en MotoGP y luchar por el título llevando una Ducati externa al equipo de fábrica, y seguro que Viñales está tomando buena nota de los logros que está cosechando el piloto francés en las filas del PRAMAC Racing.
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La tercera y última moto que se quedaría libre para Maverick -dejando fuera de la ecuación las Yamaha de Petronas por cuestiones obvias- es una de las KTM del Tech 3, estructura que ya tiene a Remy Gardner confirmado para 2022. La marca austriaca está demostrando este año que su RC16 es un prototipo capaz de ganar en cualquier circuito, pero quizás los resultados que están cosechando este año las motos satélite del equipo francés no animen a Maverick a vincularse con los austriacos a menos que le garanticen un trato idéntico al que reciben Miguel Oliveira y Brad Binder, algo que a día de hoy no sucede con Danilo Petrucci ni con Iker Lecuona, que están recibiendo las novedades desde Mattighofen con algo de retraso.
Otro camino que tampoco habría que descartar es el del año sabático. A sus 26 años, Maverick podría plantearse no correr en 2022 y esperar a ver qué ocurre de cara a 2023, una temporada en la que se abrirían sus opciones para correr con un equipo de fábrica que le garantice estar arriba desde la primera carrera. Además, Viñales podría observar la evolución de cada prototipo a lo largo de todo el 2022, ya sin motores congelados, para entender qué moto y qué fabricante se puede ajustar mejor a lo que necesita.