 Redacción @todocircuitoweb |
Max Neukirchner es uno de esos pilotos todoterreno que nunca ha tenido problema a la hora de cambiar de paddock y afrontar nuevos desafíos. Sus primeros pasos mundialistas llegaron en 2004 cuando empezó a competir con el Klaffi Honda en el Mundial de Supersport, y sólo un año después afrontó su primer curso completo en el WSBK con este mismo equipo a los mandos de una CBR 1000 RR.
El piloto de Stollberg se mantuvo en este paddock hasta 2010, logrando en 2008 su mejor resultado final con una quinta plaza en la general dentro de las filas del equipo oficial Alstare Suzuki.
En 2011 se marchó al Mundial de Moto2 tras firmar un contrato con el MZ Racing Team para correr con una MZ-RE Honda, un curso en el que sumó 42 puntos y una 20ª plaza final, cambiando al Kiefer Racing en 2012 sobre la ex-Kalex de Stefan Bradl con la que sólo participó en 10 carreras.
Neukirchner decidió volver de nuevo al WSBK un año después, en 2013, corriendo para el MR-Racing con una Ducati 1199 Panigale. El alemán se despidió definitivamente de este paddock en 2014 tras disputar un par de carreras como piloto sustituto, dejando atrás un total de dos victorias, 10 podios y dos Superpoles en las 148 carreras que disputó en el Mundial de Superbikes.
A partir de ahí, Neukirchner siguió compitiendo en su certamen nacional de Superbikes (IDM) y ha participado en numerosas carreras del Mundial de Resistencia, una trayectoria profesional que se detuvo en seco en el mes de julio de 2019, en el Circuito de Brno.
Neukirchner estaba participando como monitor en un curso de pilotaje impartido por su empresa de eventos en circuito Max76 Events cuando uno de los participantes se lo llevó por delante y le mandó directamente al hospital con un gravísimo parte de lesiones. "Un aficionado me dio por detrás, en la espalda, y me pasó por encima. Tuve una fractura de cadera, me rompí la pelvis, nueve costillas, me rompí una clavícula y mis pulmones se colapsaron. Fue un desastre", narra el piloto de 37 años a Speedweek.com
Este accidente marcó un antes y un después en la vida de Neukirchner hasta tal punto que, un año y medio después, todavía no se ve con fuerzas para subirse a una moto: "Cuando tienes a una hija de medio año en casa, ves las carreras de un modo diferente. Desde entonces no he vuelto a rodar en pista ni un solo metro, ni tengo ganas de hacerlo".
Por fortuna, Max todavía sigue operando su empresa de cursos de pilotaje por toda Europa: "Todavía tengo mi empresa, y tengo a gente que hace los cursos por mí. Hay mucho trabajo a nivel organizativo, incluso en el propio circuito. Si lo organizo yo, lo puedo hacer mejor que si estuviera en pista pilotando".
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Y al igual que el común de los mortales, el alemán todavía está metido en trámites burocráticos con su seguro para cobrar la indemnización que merece: "Siempre me he preocupado por estar bien asegurado. La pasada semana envié un nuevo informe sobre mi estado de salud para intentar conseguir algo más de compensación. Todas las mañanas tengo que hacer estiramientos, desde la pelvis hasta los pies, sólo entonces empiezo a encontrarme bien. Si no hago esto durante dos o tres días, me empiezo a encontrar mal. El accidente ocurrió hace ya un año y medio, pero todavía tiene que pasar otro año antes de que puede sobrellevarlo mejor. Me llevará mucho tiempo", finaliza Neukirchner.
