 Mariàn Pérez Villa @todocircuitoweb |
Hace ya ocho temporadas que la parrilla de la máxima categoría de MotoGP no cuenta con la presencia de Casey Stoner. Tras su retirada en 2012, pudimos verle como piloto de pruebas para Honda HRC (2013-2015) intentando desarrollar su RC213V y más tarde, hizo lo mismo para Ducati (2016-2017), incluso ha sido uno de los embajadores de la firma boloñesa. Casey decidió no renovar su contrato con los de Borgo Panigale en 2018.
Para la escudería italiana, Stoner ha sido el piloto más fuerte que ha pasado por su box de MotoGP. El talento del australiano le llevó a conseguir 23 victorias con el mono rojo y el único campeonato del mundo que Ducati ha podido conseguir. Por eso no es de extrañar que en el garaje de Casey podamos ver algunos de los regalos procedentes de la escudería de Borgo Panigale, ya que ha sido primordial su ayuda para poner a punto la Desmosedici GP.
Precisamente hoy el #27 nos mostraba dos joyas en sus redes sociales, una Desmosedici RR y una 1299 Superleggera. En el vídeo podemos observar que el carenado de una de ellas es el lugar perfecto para almacenar las muñecas de sus hijas.
La Desmosedici es impresionante. Su parte frontal es muy baja y hace aún más alargada la línea de la moto. La posición de conducción es tan radical que está pensada para llevar la barbilla contra el depósito cuando le estás dando gas. Hay elementos que parece que tuvieras que buscar dos veces, como la pata de cabra, que está muy integrada en el carenado.
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Este modelo difiere de todos los que conocíamos en cuanto al botón de arranque, ya que al pulsarlo, el motor de arranque empieza a girar y apenas genera ruido. Es entonces cuando lentamente hay que girar el acelerador y el sonido generado por el tetracilíndrico en V te deja sobrecogido. La finura y potencia de sus frenos te permite ver en un momento que son de otra liga. La manejabilidad de su conducción enganchan a cualquiera.
Se ha ganado a pulso ser denominada la primera MotoGP de calle y no tenía comparación con ningún modelo. Realmente en Ducati echaron el resto en fabricar esta MotoGP adaptada y homologada para vías abiertas. No le faltaba detalle, como suspensiones Öhlins de competición, frenos Brembo y una parte ciclo de gran nivel. Un "pepino" que valía lo que costaba, alrededor de 66.000 euros y únicamente se produjeron 1.500 unidades, lo que la convirtieron en una moto muy exclusiva. 197 CV que hacían más cercana la sensación de ser un piloto de MotoGP.
Años más tarde los ingenieros de Ducati crearon otra moto de carreras adaptada a la calle, la 1299 Superleggera. Sólo se fabricaron 500 unidades y su precio rondaba los 92.000 euros. Si tenías ese dinero en tu cuenta corriente, te podías permitir ser el dueño de una moto única.
La fibra de carbono se apodera del chasis, subchasis, basculante y llantas. Sin duda, la experiencia que la firma italiana tiene en el mundo de la competición se aplicó a este modelo tan especial. Su carenado -también realizado en fibra de carbono- proporciona una ligereza innata sólo atribuida a motos de menos cilindrada, puesto que la Superleggera pesa 150 kg en seco.
Öhlins monta delante una horquilla FL936 y detrás un monoamortiguador TTX36. Sus frenos son de otra dimensión, y tanto el delantero como el trasero son Brembo. 215 CV que laten al ritmo de tu corazón cuando empiezas a dar gas y seguridad aportada por un increíble control de tracción. Probablemente sea una de las motos de serie con más prestaciones de la historia, y eso sólo ha estado al alcance de unos pocos afortunados.
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El garaje de Stoner cuenta con modelos de motos de todo tipo, pero dos joyas como la Desmosedici RR y la Superleggera no suelen dormir juntas. Sus hijas no pueden dejar en mejor sitio sus muñecas.
