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A sus 27 años, la carrera deportiva de Scott Redding prácticamente ha tocado casi todos los extremos posibles. El piloto de Quedgeley ha luchado por títulos mundiales -fue subcampeón de Moto2 en 2013-, ha conseguido podios en la categoría reina del motociclismo -dos terceros puestos en MotoGP-, y además ha conquistado el mejor campeonato nacional de velocidad del mundo, el British Superbikes, donde Redding se proclamó campeón en 2019 a los mandos de una Ducati Panigale V4.
Sin embargo, la vida de Scott también ha estado plagada de decepciones, de momentos de incertidumbre, de rachas catastróficas que le han llevado a plantearse en más de una ocasión si realmente le merecía la pena jugarse la vida cada fin de semana para acabar siempre en la cola del pelotón.
En una charla online junto a Jonathan Rea en el portal WorldSBK.com, el ahora piloto del Aruba.it Racing Ducati ha hablado del que fue su peor año en el Mundial de Motociclismo, 2018, una temporada en la que el piloto británico corrió para Aprilia dentro de su estructura de fábrica. 18 carreras en las que Redding prácticamente desapareció de la parrilla, sumando su mejor resultado del año en su última carrera de MotoGP en Valencia, donde cruzó la línea en la undécima posición.
Recordando aquel 'annus horribilis', Redding ha asegurado que "nunca había experimentado algo tan malo en toda mi vida, era en plan 'de qué va esto', la cabeza se me había ido y es entonces cuando tomé esa decisión, necesitaba salir. Tenía que alejarme de aquello y hacer algo que me permitiera reconstruirme otra vez, y eso fue cuando el año pasado me fui al British Superbikes y volví a disfrutar de las carreras".
Redding ha revelado que llegó a odiar su profesión mientras pilotaba para Aprilia, una moto y un equipo con el que jamás llegó a conectar, calificando entonces la RS-GP como un "pedazo de mierda" con el que era imposible conseguir un resultado decente: "Odiaba las carreras, odiaba las motos, no quería verlas. Ahora he vuelto a llegar a ese punto en el que empiezas a disfrutar otra vez, es bonito venir al Mundial de Superbikes, tengo un buen equipo y una buena moto que me permite competir contra los mejores pilotos de Superbikes. Es bonito tener algo así, pero quizás antes tienes que pasar por un momento duro para poder apreciarlo".
Como buen británico que es, Redding siempre se ha caracterizado por ser un piloto que dice lo que piensa sin importarle demasiado las consecuencias, por eso confiesa que echa de menos los viejos tiempos, cuando los pilotos tenían mucha más libertad para hablar entre ellos sin que se les echara encima todo el público y la prensa.
"Recuerdo una entrevista de Carl Fogarty en la que decía que, en su época, los pilotos intercambiaban palabras en el paddock y luego cuando corrían en pistas se odiaban entre ellos. Como si fuese un combate de boxeo, y yo estoy completamente de acuerdo con eso", afirma Scott.
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"Tienes que respetar a todo el mundo, pero cuando salgo a pista les odio a todos, como sucedía antes, la gente hablaba de eso, veías mucha acción, decían 'se odian entre ellos y habrá una gran batalla, serán muy agresivos', eso vende y a la gente le gusta. Hoy en día te critican por decir cualquier cosa, así que sonríes y te quedas callado", asegura el piloto del equipo Aruba Ducati.