Foto: KTM / Sebas Romero
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Por primera vez desde su llegada a MotoGP -y después de 26 años confiando en el chasis tubular en carretera y competición-, KTM ha estrenado en Valencia un nuevo bastidor que abandona en parte la filosofía 100% tubular para adoptar dos vigas con un diseño trapezopidal que van cambiando de forma hasta acabar en un tubo, una solución híbrida que parece mejorar el comportamiento de la RC16 en el paso por curva, posiblemente el área donde Pol Espargaró siempre ha sido más crítico con el prototipo austriaco.
El piloto de Granollers finalizó este primer test oficial de 2020 en la novena posición, a 836 milésimas de Maverick Viñales, un tiempo que Pol reconoce que podría haber mejorado de haberse preocupado por hacer un time attack.
Sin embargo, el piloto español tenía un programa de trabajo muy diferente para poder evaluar el comportamiento de las dos nuevas versiones del chasis 2020 con goma usada: "No nos hemos centrado en hacer una vuelta rápida, queríamos un buen ritmo. Y eso sólo puedes hacerlo cuando consigues hacer girar la moto un poco antes y logras levantarla también antes. De este modo consigues más zona de contacto en el neumático trasero con la superficie, y mejora la aceleración. De este modo no dependes tanto del grip de la pista. KTM ha entendido esto y lo ha mejorado de forma significativa".
En declaraciones recogidas por Speedweek.com, Pol asegura que la segunda versión del chasis que probó el miércoles funcionó "igual de bien" que la primera, un bastidor en el que Dani Pedrosa ha estado trabajando a fondo estas dos últimas semanas. "Eso demuestra que sabemos lo que estamos haciendo. Hemos sido capaces de mejorar en todas las áreas donde somos débiles. Giramos mejor, somos más rápidos a una vuelta y más consistentes a larga distancia. Incluso con goma usada he podido rodar de forma constante en 1:31", afirma un Pol Espargaró inmensamente feliz.
Después de tres años de trabajo incansable, el menor de los Espargaró reconoce que el proyecto de KTM en MotoGP ya ha alcanzado un nivel "en el que las mejoras son cada vez más y más difíciles. Es difícil creer que he podido rodar con el neumático trasero duro en 1:30.6. Fue mi mejor vuelta después de caerme por la mañana. Durante los dos días, hemos sido capaces de recoger mucha información sobre la electrónica y el chasis, y ahora los chicos tienen que analizar todo".
Foto: KTM / Sebas Romero
Respecto al motor de 2020, el dorsal #44 admite que tiene "más potencia", aunque también "sus desventajas", y quiere esperara probar una evolución más avanzada en los test de Sepang antes de sacar conclusiones.
En 2020, Pol estrenará también un nuevo compañero de equipo, Brad Binder, con el que asegura mantener una muy buena relación. El sudafricano no es el único rookie que debutará con KTM, ya que Iker Lecuona también correrá en 2020 con una de las RC16 del equipo satélite Tech 3.
Para Pol, "es muy importante" ver las ganas y el desempeño que le están poniendo tanto Binder como Lecuona: "Necesito ayuda con el desarrollo y ellos quieren ser rápidos. Quieren llegar a lo más alto en MotoGP y su compromiso es total. Incluso cuando se caen, se suben de nuevo a la moto para ir al límite otra vez. Necesitamos a gente así en KTM".
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El piloto catalán tiene muy claro que si KTM quiere avanzar en línea recta, todo pasa por compartir al máximo la información dentro de los boxes: "En el momento en el que está el proyecto, necesitas hablar y compartir cosas con tu compañero. Sólo iremos hacia delante juntos. Ahora estoy ayudando más a Brad Binder que él a mí, pero en el futuro, con suerte, llegará a mi nivel, y entonces nos podremos ayudar el uno al otro para llegar arriba. Si pones un muro en el box, entonces matas a tu equipo. Sería el camino equivocado", sentencia Pol Espargaró.