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Jorge Lorenzo está a sólo una carrera de terminar su peor temporada histórica en MotoGP. El piloto balear cerrará en Valencia el capítulo más negativo de su exitosa carrera deportiva, un año en el que Jorge no ha sido capaz de entrar en el top diez en ninguna de las carreras que ha disputado a los mandos de la Honda RC213V.
Aprovechando su presencia en el último EICMa de Milán, Moto.it tuvo la oportunidad de entrevistar al piloto balear para hablar de sus inicios en el campeonato del mundo, de su complicada etapa en Ducati y de cómo afronta el futuro junto a Honda, una fábrica con la que Jorge todavía tiene contrato hasta el 31 de diciembre de 2020, un acuerdo que el balear insiste en cumplir a pesar de los rumores que indican lo contrario.
Echando la vista atrás a 2018, semanas antes de empezar a ganar carreras con Ducati, el #99 explica por qué la fábrica de Borgo Panigale decidió apostar por Danilo Petrucci en lugar de ampliar su contrato para darle otra oportunidad al español: "En el mundo en general, en el deporte, y en particular en el motociclismo, vivimos en un mundo resultadista, el pasado cuenta poco y lo que cuenta es tu velocidad y resultados en el presente, y si hay un piloto que en ese momento es más económico digamos, y te está ganando en ese momento... lógicamente o no lógicamente el equipo prefiere invertir en un piloto más económico y que en ese momento está haciendo más o menos los mismos resultados que tú, pero que en principio tiene menos potencial para ganar un mundial de MotoGP".
"Yo entiendo la posición de Ducati en el sentido que que invirtieron en un piloto muy fuerte y muy caro, de mucho dinero, y este piloto no está logrando resultados", prosigue Lorenzo. "Es cierto que podría haber dos líneas de pensamiento, puedes pensar 'Hemos invertido mucho dinero, Lorenzo no está ganando, está haciendo séptimo, octavo, sexto, algún podio, pero no es constante, y en cambio tenemos a Petrucci con mejores resultados ganando 10 veces menos', o puedes pensar 'Lorenzo cuando la moto, que le gusta, cuando está bien es capaz de ganar carreras, vamos a tener un poco de paciencia y a trabajar con Lorenzo'. Como ya sabes llegué un mes tarde".
Lorenzo dejó atrás su etapa en Ducati con tres victorias y cuatro podios y puso rumbo a Honda, su tercera fábrica en sólo tres años. Antes de llegar al box de HRC, el mallorquín ya era consciente del reto que tenía por delante junto a Marc Máquez: "Es muy difícil porque cada moto se pilota de un modo distinto. Sí que hay similitudes entre la Yamaha y la Suzuki, que son dos motos cuatro en línea con mucho paso por curva, que las puedes llevar en curva de un modo muy limpio, son motos más fáciles para el piloto. Luego están la Ducati y la Honda, que son más brutas, tienes que hacerlas giras más agresivamente, pero cada moto necesita un estilo de pilotaje distinto. Tienen distinta aerodinámica, distinto motor... no tienen nada que ver".
Curiosamente, Lorenzo revela que su cambio a Ducati y Honda fue más complejo que su debut en MotoGP con Yamaha viniendo de una 250 dos tiempos: "La Yamaha era más fácil de pilotar que mi Aprilia de 250. Sí, en recta era un misil, pero en curva era casi eléctrica. Cuando pasé de la Yamaha la Ducati fue un shock, el motor era bestial, pero tenía limitaciones importantes que, poco a poco, fuimos reduciendo, la moto se hizo más fácil para todos los pilotos, era una moto más completa que la de finales de 2016".
"Con la Honda el problema reside, no al completo porque nuna me he encontrado bien con ella incluso estando físicamente perfecto, pero ya comencé con un hándicap físico", explica Jorge en relación a su falta de competitividad con la RC213V. "Empecé con el escafoides roto, he llevado la Honda al 100% de lo que me permitía mi físico y así es muy difícil correr al máximo nivel en MotoGP, incluso si luego no te sientes cómodo con la moto. La Honda es una moto que no te ofrece mucha confianza delante, se pilota mucho con la rueda trasera, es un poco el estilo opuesto al mío, me gusta tener una conexión fuerte con la rueda delantera sobre el asfalto, y a la Honda le falta por el momento".
Respecto a la evolución de la moto que ha marcado Marc Márquez desde 2013, Lorenzo entiende esta postura de HRC y la compara con sus años en Yamaha sin Valentino Rossi a su lado: "Es igual que cuando yo estaba en Yamaha y Valentino se fue a Ducati. Yamaha me daba chasis, piezas, basculantes... yo los probaba y les decía cuál me gustaba más porque me transmitían mejores sensaciones, absorbían los baches e iba más rápido, y les decía 'sigamos por este camino'. Márquez lo está haciendo con la Honda, desde 2013 Honda le ha dado toda la importancia en el chasis, la electrónica, el motor... Él pilota del modo que ya sabes, agresivo y atacando la curva, entonces tal vez le gusta más un chasis muy rígido y con el que pueda ir en esa dirección. Después cuando llega un piloto que pilota de un modo opuesto, no se hace con la moto".
A diferencia de su primer año en Ducati, cuando la fábrica italiana centró el desarrollo en los comentarios del balear, Lorenzo sabe que será difícil que HRC le haga el mismo caso que a Márquez: "En Ducati yo era la punta de la lanza en aquel momento, en Honda como es normal con todos los títulos que ha logrado Márquez él es la punta de lanza del equipo. Entonces es más difícil hacer la evolución para un piloto más limpio como yo, entonces debo adaptarme yo más a la moto que la moto a mi estilo".
A pesar de no haber sumado más de 25 puntos en lo que va de año, Jorge Lorenzo sigue confiando en Honda, especialmente después de las buenas sensaciones la versión 2018 que probó en los primeros test de Valencia y Jerez. El balear cree que si Honda recupera la maniobrabilidad de aquel prototipo en 2020, volverá a ser competitivo: "Cuando probé la moto de 2018 en Jerez acabé cuarto, a dos décimas del más rápido. La moto de 2018 era una moto mucho más amigable con el piloto, no se movía al entrar en curva, yo no tenía el escafoides del todo bien [por su caída en Tailandia] y podía pilotar bien, rodando igual que Márquez a dos décimas del más rápido. Todas las dificultades llegaron con la 2019, desde la primera vuelta me di cuenta que la moto corría muchísimo de motor, tenía un motor más potente, pero en curva no era igual".
El tricampeón de MotoGP no oculta que se encuentra en una situación "difícil y extraña para mí, porque excepto los primeros años cuando eran un niño de 15 años, siempre he estado luchando por victorias, y este año mi mejor resultado ha sido un undécimo puesto. Es duro, es una situación nueva para mí, pero las circunstancias son las que son, no debo contentarme pero sí aceptar las circunstancias, porque si intento hacer más me puede traer consecuencias muy negativas, como he podido sufrir cuando he intentado empujar un poco más sin entender esta moto y sin sentirme a gusto", añade en alusión a ls que caídas que ha sufrido en la primera parte de la temporada.
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Lorenzo deposita todas sus esperanzas en el prototipo 2020: "Así que paciencia, tengo la esperanza de que la moto 2020 mejore estos aspectos negativos que ha creado el nuevo motor y veremos cómo me encuentro", comenta el español, que probará la moto nueva el martes 19 de noviembre en Valencia, momento en el que tomará una decisión respecto a su futuro: "Sí, efectivamente", responde Jorge cuando el periodista de Moto.it le pregunta si será entonces, tras el test, cuando podrá hacerse una idea de qué hacer en el futuro.