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Jonathan Rea no sólo es un gran campeón en la pista. Fuera de ella, el piloto norirlandés también es conocido por su faceta de padre de familia; no hay circuito en el que su mujer, Tatia, y sus dos hijos, Jake y Tyler, se separen del cinco veces campeón del mundo, una convivencia que en opinión del piloto de Kawasaki sólo es posible gracia al ambiente que se respira dentro del paddock del Mundial de Superbikes, mucho más relajado y cercano en comparación al 'Continental Circus'.
En una amplia entrevista ofrecida al portal Wsbk.com, Jonathan Rea asegura que "tener una familia es lo más difícil que puedes hacer en la vida, y es algo que te hace darte cuenta de que hay más cosas en la vida que la competición. Amo este deporte, las motos son todo lo que he conocido, pero sé que esta es una vida muy egoísta. Siempre estás viajando, y eso no es normal cuando tienes dos hijos. Siento que sería una pena poner mi experiencia en un estantería en el futuro, pero también creo que depende de lo que hagan los niños. Si continúan con el fútbol, o lo que sea, y quieren viajar, entonces debería ayudarlos. Siento como si mi familia estuviese poniendo sus vidas en pausa para que yo pueda vivir mi sueño".
El apodado como el 'Caníbal' del WSBK reconoce que, cuando se baja de su Kawasaki y se rodea de los suyos en su casa, en Irlanda del Norte, cambia por completo el chip: "Cuando estoy en la pista, la atención se centra en mí, mientras que en casa todo gira en torno a los niños y la supervivencia. Cuando estoy en casa, trato de no pensar en absoluto en las motos. Soy un entusiasta de la cocina y me encanta preparar comida. ¡Tatia y yo trabajamos duro para ser como en Master Chef! Me gustan las cosas normales, compartir una botella de vino con mi esposa y acostar a los niños. Los dos juegan al fútbol, y los fines de semana voy al campo de fútbol con ellos".
Siguiendo con su lado más personal, Rea da la sopresa cuando revela que hace cuatro años, cuando ganó su primer título del WSBK con Kawasaki, se planteó dejarlo todo y dedicarse a otra cosa: "En 2016 estuve pensando en retirarme. Mi objetivo en el pasado era ganar al menos un título mundial. Mi abuelo siempre me decía: ‘Algún día te convertirás en Campeón del Mundo’ y siempre he llevado esto conmigo. Era algo a lo que me agarraba. Podría haberme retirado felizmente a finales de 2015, pero disfruto demasiado pilotando y no puedo dejar de lado esta sensación. ¡Mi objetivo ahora es seguir tratando de ganar, porque me estoy divirtiendo mucho!".
La de 2019 ha sido la temporada más compleja y desafiante para Jonathan Rea desde que viste los colores de Kawasaki. Según sus palabras, todo lo ocurrido este año le ha servido para aprender a "no darse nunca por vencido y a creer más en mí mismo. Desde fuera parecía el hombre de hielo, pero fue difícil. Especialmente cuando nos dimos cuenta de lo fuerte era la nueva Ducati en áreas en las que no nosotros no podíamos ser tan fuertes. Álvaro trajo un nivel muy alto, y tuvimos que dar nuestro máximo todo el tiempo. Este año hemos sumado en todas las carreras, y estoy muy orgulloso de esto".
Rea sabe mejor que nadie que su racha no será infinita, por eso está mentalizado de que, antes o después, algún factor dentro del campeonato cortará por lo sano con estos años mágicos que está viviendo: "No soy tan estúpido como para pensar que voy a ganar siempre. Sé que vendrá algún piloto o quizá una moto nueva, o un paquete, quizá una lesión; habrá momentos difíciles, pero quiero tratar de mantener lo que estoy haciendo ahora. ¡Ya veremos!".
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Por último, respecto a una posible aventura en el Mundial de MotoGP, Jonathan Rea no oculta que "hay una pequeña parte de mí que desea tener la oportunidad de ir a MotoGP con un paquete competitivo. Pero nunca he tenido esta oportunidad, así que no puedo lamentarlo. He cometido muchos errores, pero nada de lo que tenga que arrepentirme", finaliza el piloto del Kawasaki Racing Team.