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Laura Rangel Diez poles y diez victorias en diez años. Los registros de Marc Márquez en Sachsenring son impresionantes. La última vez que el siete veces campeón del mundo fue derrotado en el circuito alemán fue el 19 de julio de 2009, cuando chocó contra Joan Olivé y se cayó en la última vuelta mientras luchaba por el tercer puesto en la carrera de 125cc. Aquel Gran Premio, y también el campeonato, lo acabó ganando Julito Simón, ahora coach de Maverick Viñales.
Simón ha recordado ahora para Speedweek sus primeros recuerdos de Márquez, cuando el siete veces campeón del mundo llegó al mundial: "Cuando conocí a Marc, aún era muy joven. Sin embargo, supe desde el principio que él era un piloto especial".
“En el box siempre escuchaba atentamente a sus mecánicos y al jefe de su equipo, y lo más inusual eran sus comentarios sobre la configuración de la moto, eran muy precisos y sensibles", dice Simón.
"En 2011 y 2012 pilotamos ambos en Moto2. E incluso allí quedó claro lo especial que es. Podía controlar bien el neumático delantero en la entrada de la curva. Cometió algunos errores en la rueda delantera en ese entonces, pero nunca se caía como lo hace en MotoGP hoy", añade el piloto español.
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"Recuerdo particularmente la temporada 2012, cuando Marc conducía una Suter cuyo chasis había sido reforzado con carbono. La moto era tan rígida que solo él podía montarla. También tuvo algunas caídas con esta moto, pero no tantas como sufrí yo, porque él tenía mucho control sobre la rueda de delante. Esa es su mayor fortaleza: cómo puede controlar la rueda delantera".
