 Redacción @todocircuitoweb | Google+ |
Marc Márquez no fue el único piloto que se vio afectado por la caída de Johann Zarco al inicio de la sexta vuelta del Gran Premio de Australia de MotoGP. Aleix Espargaró, que rodaba unos metros por detrás en la 14ª posición, se llevó el impacto de una pieza de la Yamaha del francés en su mano izquierda, un golpe que le ha desplazado una placa que Aleix tiene insertada en esa mano como consecuencia de la caída que sufrió en este mismo circuito el año pasado, cuando se fracturó dos dedos.
"He tenido un poco de mala suerte", lamentaba el de Aprilia tras acabar noveno hoy, "porque en la recta no se veía mucho y cuando se han tocado Zarco y Márquez una pieza muy grande ha saltado, me ha dado en el semimanillar y ha doblado totalmente la maneta de embrague y luego me ha dado en la mano. He sentido un dolor muy fuerte, he pensado que tenía que parar, pero como en MotoGP no usamos el embrague más o menos he podido acabar la carrera", explicaba el piloto español.
Al término de la carrera, Aleix se ha pasado por el Centro Médico de Phillip Island para hacerse unas pruebas al no cesar el dolor de su mano izquierda: "Me he hecho una radiografía, es justo la mano que me destrocé aquí [en 2017], que tengo una placa bastante grande y se ha movido un poco, me está chafando los tendones y por eso me duele tanto la mano. El doctor Charte me ha dicho que valoraremos en Malasia el grado de movimiento de la placa, que quería estudiar las radiografías de después de la operación. Ojalá no sea mucho y que pueda correr en Malasia".
Dejando a un lado este contratiempo en su mano, Aleix ha asegurado "estar contento" por haber entrado en el top 10 en Phillip Island después de un fin de semana muy complicado en el que no ha podido ser competitivo hasta hoy por un problema en su RS-GP 'laboratorio', una moto que mezcla piezas de 2017 y 2019 con la que Aprilia intenta encontrar el camino correcto de cara a la próxima temporada.
"Viendo de dónde veníamos ayer estoy contento, ha sido un fin de semana bastante difícil y con muchos problemas", resumía Aleix a la pregunta de Movistar MotoGP. "No entendía por qué no conseguíamos ser competitivos con una moto totalmente distinta, y esta mañana en el warm-up hemos hecho un cambio grande, hemos encontrado lo que nos parecía un problema, y la verdad es que ya en el warm-up he sido mucho más competitivo y en carrera muchísimo más. Todo el mundo ha rodado más lento que en el qualifying y nosotros hemos sido casi un segundo más rápidos que mi tiempo del sábado en el crono con depósito lleno, lo que es muy extraño que pase en MotoGP. Nos ha permitido remontar poco a poco, he ido adelantando al inicio de la carrera bastantes posiciones, y al final acabar noveno después de este fin de semana, unos puntos siempre es positivo".
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Preguntado por ese problema que el equipo ha encontrado esta mañana, Espargaró ha sido bastante esquivo en su respuesta: "Más que un cambio ha sido un error que hemos tenido todo el fin de semana, nos hemos dado cuenta desgraciadamente tarde. Es un error mecánico, al final cuando fallo yo y me caigo es culpa de todos, y cuando hay un error del equipo también es culpa de todos, menos mal que esta mañana en el warm-up por una coincidencia lo hemos encontrar antes del warm-up. Muy feliz porque he podido volver a rodar en el warm up bien, divertirme con la moto, y en la carrera lo mismo".
Si la mano izquierda no le da problemas, Espargaró confía en poder correr en Malasia dentro de siete días con la moto híbrida 2017-2019 que ha estrenado aquí: "Desde ayer seguí con esa moto. Tiene algunas ventajas, pero me falta confianza, en esta pista la confianza es muy importante, tiene curvas muy rápidas y lo he pagado un poco en la carrera, sobre todo en la curva tres, en la Stoner, en la ocho... me faltaba confianza con esta moto, pero tiene puntos positivos y voy a seguir usándola en Malasia en principio".
