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Aprilia podría desaparecer de forma definitiva del Mundial de Superbikes en 2019. La fábrica de Noale es, junto con Honda y MV Agusta, la marca con menos presencia en la parrilla del WSBK; sólo el equipo privado del Milwaukee Aprilia confía esta temporada en la RSV4 RF, una moto con la que ni Eugene Laverty ni Lorenzo Savadori han sido capaces de seguir la estela de las Kawasaki, Ducati y Yamaha de fábrica.
De acuerdo a la información adelantada por Speedweek.com, Shaun Muir, propietario del SMR Racing -estructura que opera el Milwaukee Aprilia-, ha decidido no seguir con Aprilia en 2019 debido a los altos costes que supone disponer de material de fábrica por parte de Noale; la intención de Muir era conseguir un apoyo semi-oficial por parte de Aprilia para conseguir piezas y componentes a coste cero.
Sin embargo, según publica hoy La Gazzetta dello Sport, en Noale no están dispuestos a ceder este material al SMR Racing sin coste, de ahí que Shaun Muir se haya fijado en BMW y en la nueva S 1000 RR 2019 que el fabricante alemán presentará en el próximo EICMA de Milán.
Los planes de Muir pasan por poner en pista dos S 1000 RR del nuevo modelo con apoyo directo desde Munich, un acuerdo que también incluye una importante subvención económica por parte de BMW a la hora de adquirir las motos y el material de fábrica. En esta operación también podría entrar el gigante petrolero Gulf- ahora mismo sponsor secundario del Milwaukee-, que podría inyectar la mermada economía del SMR Racing ahora que Milwaukee, su principal patrocinador desde hace años, parece estar a punto de retirarse como sponsor del equipo de Muir.
Toda esta situación deja a Aprilia sin la única estructura que, hasta ahora, confiaba en ellos dentro del WSBK. A menos que la situación cambie de forma radical en los próximos meses, todo apunta a que la presencia de la RSV4 en las parrillas del Mundial de Superbikes se reducirá a cero, o quizás a algún pequeño equipo privado sin más aspiraciones que entrar en la zona de puntos en alguna carrera.
Toda una lástima para una fábrica que, en la última década, acumula cuatro títulos mundiales de constructores en el WSBK y tres mundiales de pilotos (Max Biaggi en 2010 y 2012, Sylvain Guintoli en 2014).