 Por Cristian Ramón Marín @Crms74 | Google+ |
Yamaha vive su mayor sequía de victorias en la era MotoGP y el #AustrianGP, celebrado en un circuito que acentúa los problemas de su prototipo, ha sido la gota que ha colmado el vaso. La marca de Iwata y sus patrocinadores invierten decenas de millones de euros con un solo objetivo —la victoria— y en algunas ocasiones incluso tienen problemas para entrar en el top diez por falta de aceleración y un consumo excesivo de los neumáticos. Desde mediados de 2017 han buscado soluciones que, a día de hoy, no están funcionando. ¿Cuál es el problema, en realidad? ¿En qué solución están trabajando?
Durante gran parte del curso pasado se apuntó hacia el chasis como principal origen de estas dificultades. Johann Zarco estaba pilotando la versión 2016 del bastidor, principal diferencia respecto a los pilotos oficiales, y los ingenieros de Yamaha ofrecieron soluciones: la evolución de 2018 estaría basado en el que utilizaba Johann. Tras lograr el primer puesto en el test de Sepang, parecía un paso importante. "Me he sentido competitivo en todo momento", dijo Valentino Rossi en Sepang. Maverick Viñales aseguró que iban "por el buen camino", pero también lanzó una advertencia: "Respecto a la electrónica, nos falta un poco de suavidad en las aceleraciones. Al principio, la potencia es suave, pero luego llega de golpe y eso degrada mucho los neumáticos".
Una vez reencontrado el camino sólido para el chasis, los pilotos admitían que el trabajo debía centrarse en la electrónica de la M1. Ha sido uno de los grandes temas en las ruedas de prensa de los pilotos del Movistar Yamaha MotoGP y Rossi pidió a Yamaha, de forma pública, un plan más "agresivo" para arreglar su situación. Aunque el problema, en realidad, puede tener varias causas. Y tiene sentido que el remedio esté tardando tanto tiempo en llegar si una de las causas reside, precisamente, en el motor, un componente que no se puede cambiar.
Ramón Forcada, ingeniero jefe de Maverick Viñales, lo explicó así: "Al final, una moto es un paquete en el que tienes unos neumáticos, una electrónica, un chasis, un motor y un piloto. Cuando la gente gana es porque todo va bien. Si tú tienes un solo problema, como la electrónica, sería muy fácil poner la del año pasado, pero es que el motor es diferente. Lo que hay que hacer es una electrónica para este motor. Yamaha tiene un cuatro en línea que es diferente al de todas las motos [...] Suzuki, en estos momentos, sería lo más parecido. Pero, al final, el año pasado ellos también se estuvieron peleando con el motor. Puedes cambiar diámetros de pasos de aire, el encendido, configuraciones de inyección... Esto, una vez lo has elegido, ya no lo puedes cambiar. Si has hecho un motor que corre más y te ayuda para la aceleración, pero luego te perjudica en el freno motor, ya no puedes hacer nada. Puedes jugar con lo que te permite la electrónica".
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De acuerdo con el periodista Neil Spalding, uno de los grandes especialistas en la tecnología de MotoGP, el núcleo de las dificultades actuales es simple: Yamaha ha cometido un error a la hora de diseñar los cigüeñales, cuyas inercias crean una entrega de potencia brusca porque son demasiado ligeros. David Emmett, otro de los periodistas más reputados del paddock, habló con Lin Jarvis y Massimo Meregalli, directivos del fabricante nipón y asegura que le dejaron entrever que Spalding iba bien encaminado. "En los viejos tiempos era posible controlar parcialmente un cigüeñal más ligero con electrónica realmente sofisticada, pero no ahora", añadió el Spalding en su cuenta de Twitter.
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En resumidas cuentas: un diseño erróneo del motor es el origen del problema, y para solucionarlo es imprescindible modificar el propulsor o conseguir una electrónica adecuada para reducirlo tanto como sea posible. Lo primero no será posible hasta que caiga la bandera a cuadros del #ValenciaGP, y lo segundo es un proceso lento. "Necesitamos tiempo", ha insistido Rossi en varias ocasiones. Kouji Tsuya, líder del proyecto de Yamaha en la categoría reina, pidió perdón a los pilotos después de sufrir su peor clasificación desde Valencia 2007. Estaban ganando tiempo, quintando peso a sus pilotos, mientras Japón trabaja a contrarreloj. Ya no hay margen para más errores.
