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Una de las señas de identidad de KTM está en el chasis multitubular de acero que montan sus prototipos. Este concepto, muy distinto al clásico doble viga de aluminio, les ha ofrecido un gran rendimiento en Moto3 durante los últimos años y ha demostrado que es válido para competir contra la todopoderosa Kalex en Moto2, aunque está provocando algunos dolores de cabeza en la categoría reina por la falta de manejabilidad que sufren a día de hoy. Sin embargo, mantendrán su apuesta y trabajarán con esta base hasta conseguir un conjunto competitivo.
Pit Beirer, director deportivo del fabricante centroeuropeo, explica sus dificultades así: "Todavía tenemos un problema de manejabilidad cuando estamos en el ápice de la curva. Cuando la curva acaba y el piloto levanta la moto, el problema se detiene". Por eso tienen complicaciones en pistas fluidas, como Italia o Barcelona: "En Mugello tienes que estar inclinado durante mucho tiempo porque hay curvas largas. Eso empeora nuestros problemas en comparación con otras pistas en las que no hay tantos giros de 180 grados".
El punto débil está claro, aunque insiste en que la solución no pasa por cambiar la filosofía de su bastidor. "No pensamos en alternativas para el chasis de acero. Lo solucionaremos con el concepto que tenemos. Eso está claro. Los problemas con los que estamos lidiando no son nuevos", sentenció el mandatario austriaco en declaraciones a Speedweek.com.
La clave para mantener una mentalidad tan clara sobre este diseño reside en el equipo de test, que ya trabaja con la moto de 2019: "Estamos consiguiendo un conjunto que cambiará este problema. Por eso estamos tan convencidos y no cuestionamos los materiales". "Queremos librarnos de estos problemas, no queremos lidiar con ellos durante años. Tenemos esta debilidad en la moto ahora mismo. Y ya está. Quizás, Austin y Mugello eran los peores circuitos para nosotros".
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Otro de los motivos por los que KTM quiere evitar el clásico aluminio es que buscan un producto distinto al de sus competidores: "No queremos duplicar ningún vehículo, queremos construir uno propio. No es el camino más fácil, pero estamos convencidos de que, en algún punto, puede haber una ventaja. Las preguntas sobre el chasis de aluminio no son un problema ahora mismo en nuestra marca o en nuestro equipo".
En Jerez, Pol Espargaró vio claras ventajas en la moto de 2019, utilizada por Mika Kallio durante la cita andaluza. Por esta razón, pidió a los ingenieros que su fabricación se adelantara a este mismo año. El objetivo es que esté disponible en el Gran Premio de Austria, que se celebrará el próximo agosto.