 Por Cristian Ramón Marín @Crms74 | Google+ |
La temporada 2013 del FIM CEV Repsol tuvo un final que quitó el aliento a más de un aficionado. Aunque no consiguió ninguna victoria, Marcos Ramírez había demostrado una gran regularidad que le permitió convertirse en el favorito para conseguir el título de Moto3, pero un incidente en el Circuito Ricardo Tormo y la explosión de Fabio Quartararo, que ganó las tres últimas carreras de la temporada, le hicieron perder el título por un solo punto. Cuando todo estaba de cara, su trayectoria deportiva sufrió un revés que supo transformar en una historia de lucha contra los elementos. Cinco años después está consolidado en el Mundial, incluso pensando en dar el salto a Moto2.
"El momento más duro fue en 2013. Me arrollaron en Valencia y perdí muchos puntos. Al ser subcampeón esperaba dar el salto y no lo hice. Yo corría con Monlau y me quedé sin moto en ese equipo. De estar en el top para poder dar el salto a verme sin nada. Fue un momento duro y al año siguiente nos quedamos en el CEV, pero no conseguíamos los mismos resultados y tuvimos que ir a las 600cc y a las 1000cc, a ver si podíamos llegar por otro camino. Al final volvimos a Moto3 y fue cuando pude ganar carreras, estar ahí luchando a muerte y me dieron la oportunidad de subir al Mundial", explica el #42 en declaraciones exclusivas para Todocircuito.com.
Marcos admite que, en la actualidad, vive un momento feliz: "Estoy contento después de un camino bastante complicado, en el que parecía que llegábamos pero después no lo hacíamos. No siempre se está entre los mejores del mundo. Este equipo [el Bester Capital Dubai] me dio la oportunidad de subir al Mundial y el año pasado hice una temporada superbuena. Acabé octavo del campeonato y este año estoy décimo, aunque hasta Mugello estaba sexto. Esperemos que pueda escalar posiciones de aquí a final de año y dar muchas alegrías".
La parte positiva es que, ese camino tan complicado, le ha proporcionado un aprendizaje muy importante. Ahora es "más maduro" y se comporta "mejor frente a los problemas". Canaliza la presión "de una forma positiva", en resumidas cuentas. "Cuando yo corría en 600cc, la moto era muy inferior a las Moto2. No costaba ni una quinta parte de lo que cuesta una Moto2. Me veía ahí, luchando por el top diez siempre, y creo que en una carrera incluso llegué a quedar sexto. Esfuerzo y esfuerzo. Aunque supiera que no iba a ganar las carreras, quería acabar tan delante como fuera posible. También competí en 1000cc, hice un año de locura", reconoce.
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Ahora está consolidado en el Mundial e incluso encadenó dos podios en Jerez y Le Mans, pero es consciente de que hay trabajo por delante: "Este año nos está costando bastante, porque KTM ha hecho una moto completamente distinta a la del año pasado. Estamos ahí delante, trabajando en la puesta a punto de la moto, intentando estar delante en cada carrera para llegar al podio o incluso ganar carreras".
Cuando le preguntan por su futuro, recuerda que "todavía es muy pronto" para hablar sobre 2019, pero tiene claro su deseo: "Me gustaría hacerlo muy bien este año en Moto3 y dar el salto a Moto2. Con mi estatura y mi peso voy un poco lastrado en Moto3. Preferiría saltar, pero todo se verá. Probé una Moto2 y la verdad es que me gustó. Yo creo que es una moto a la que me puedo adaptar fácilmente". Pensar en el futuro es el mejor premio a su constancia.
