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El futuro más inmediato de Jorge Lorenzo se desvelará, muy posiblemente, a lo largo de este fin de semana en Mugello. Con Dovizioso ya renovado desde Le Mans, las últimas declaraciones de la cúpula ducatista no hablan muy a favor de la continuidad del tricampeón de MotoGP, que a medida que pasan las semanas se va encontrando con menos asientos disponibles en la clase reina a partir de 2019.
Claudio Domenicali, CEO de Ducati, ya dejó entrever hace unos días que el dorsal del #99 no seguirá sobre los carenados de la Desmosedici de fábrica el próximo año: "El compañero de Dovizioso será un piloto con el que estamos hablando y que seguro traerá al equipo un trabajo de forma equilibrada y conjunta. Dovizioso es, seguro, el piloto al que apostamos nuestras cartas", dijo Domenicali la semana pasada durante un evento de la marca italiana.
Incluso Gigi Dall`Igna, amigo de Lorenzo desde su etapa en Aprilia en 250 cc, no ocultó en Le Mans que Danilo Petrucci "se merece una Ducati oficial" si el todavía piloto del PRAMAC Racing seguía cosechando resultados positivos como el logrado en Francia, donde subió al podio.
Lorenzo es consciente que su continuidad pende de un hilo, y a pesar de que está dispuesto a rebajar considerablemente su ficha anual de 12 millones por temporada para seguir con la fábrica de Borgo Panigale, medios como Motorsport.com apuntan a que Ducati ya no está interesada en seguir contando con los servicios del mallorquín aunque éste acepte un sueldo muy inferior al actual, por debajo incluso del nuevo contrato que Andrea Dovizioso ha negociado para las dos próximas temporadas (en torno a los cuatro millones de euros por año).
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La opción de Suzuki ya no es una posibilidad para Lorenzo, que ha perdido el asiento de la GSX-RR de Andrea Iannone en beneficio de Joan Mir, un anuncio que podría hacerse oficial entre hoy y mañana en Mugello. Tampoco parece viable que el #99 pilote para Aprilia, la única fábrica que todavía tiene un asiento libre para 2019 -el de Scott Redding- y que podría ir a parar a manos de Iannone, que además tiene el plus de ser italiano, y en Noale quieren a uno de los suyos en sus filas.
Todo apunta a que Lorenzo no tendrá moto de fábrica en 2019, así que su única opción para seguir en MotoGP pasa por subirse a una moto satélite. Y aquí es donde el mallorquín puede regresar a su casa, a Yamaha, aunque no sea dentro del seno del equipo oficial, donde Viñales y Rossi tienen contrato cerrado hasta finales de 2020.
¿Quién se encargará de operar esta estructura? Hay varios candidatos, pero también muchas incógnitas. Hasta hace un mes, el Marc VDS Racing parecía ser la estructura destinada a tomar el relevo del Tech 3 a finales de esta misma temporada, pero la crisis interna que atraviesa el equipo belga pone en serio peligro su futuro en MotoGP más allá de este año. El despido de su team manager, Michael Bartholemy, ha hecho que el Marc VDS pierda también a varios miembros de su estructura interna en solidaridad con Bartholemy, inmerso en una batalla legal con el propietario del equipo, Marc Van der Straten, por presuntas irregularidades financieras en la gestión del equipo.
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Uno de los medios más importantes de Alemania, Speedweek, da por hecha la salida del equipo belga de MotoGP a finales de esta temporada, un movimiento que podría ser decisivo para el futuro de Lorezo. Por un lado, se habla de una nueva estructura en la que Petronas y Monster Energy pondrían varios millones de euros encima de la mesa para recuperar a parte del staff técnico del Marc VDS y poner en pista dos Yamaha YZR-M1, una para Hafiz Sharin -de ahí el interés de Petronas-, y otra para Jorge Lorenzo, esta última con especificaciones de fábrica idénticas a las M1 que pilotarán Viñales y Rossi en 2019.
Otra opción que también se baraja si el Marc VDS no sigue en MotoGP el año que viene es el regreso del Pons Racing a MotoGP de la mano de Yamaha. El equipo español ya estuvo muy cerca de conseguir una plaza en la categoría reina en 2017, cuando todavía quedaba un asiento libre en MotoGP para alcanzar la cifra máxima de 24 motos en parrilla. Se habló de un posible proyecto junto a Suzuki e incluso KTM, pero finalmente no llegó a buen puerto.
Marc VDS, Monster Petronas o Pons Yamaha... estas parecen ser las tres alternativas reales de Jorge Lorenzo si el mallorquín quiere seguir teniendo una moto competitiva en MotoGP con la que recuperar la senda de victorias y éxitos que se ha visto interrumpida desde su llegada a Ducati.