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La VR46 Riders Academy contará en 2018 con un total de 11 pilotos tutelados por Valentino Rossi. La escuela de pilotos del nueve veces campeón del mundo afronta una nueva temporada orgullosa del éxito conseguido por uno de sus representantes: Franco Morbidelli, piloto de la VR46 Riders Academy y vigente campeón del mundo de Moto2, ahora enrolado en las filas del Marc VDS Racing de MotoGP.
La de Morbidelli ha sido, de momento, la carrera profesional más exitosa de entre todos los pilotos que han salido de la VR46 Riders Academy, una escuela gestionada a nivel empresarial por Albi Tebaldi, la mano derecha de Valentino Rossi y CEO del emporio empresarial que ha creado el piloto italiano bajo las siglas VR46.
Durante una entrevista reciente ofrecida a GPone.com, Tebaldi ha hablado sobre la academia, su funcionamiento y el coste económico que supone para la empresa VR46 el entrenamiento de cada uno de sus pilotos, un proyecto a muy largo plazo que, en la actualidad, prácticamente no reporta beneficios.
"Nuestros pilotos entrenan aquí [en el Rancho], pero también en el gimnasio, en Misano, donde tienen entrenadores y médicos que les siguen. Si tuviese que ponerle un precio, cada piloto nos costaría entre 60 y 70 mil euros al año", reconoce el máximo responsable ejecutivo de la marca VR46, que también revela la comisión que se queda la empresa en concepto de pago por todo su paquete de servicios: "También somos una agencia de representación. Les seguimos en su camino y ellos nos dan un 10%", explica Tebaldi.
Un acuerdo de este calibre sólo resulta rentable si sus pilotos llegan a MotoGP y cobran un sueldo superior al medio millón de euros. En Moto2, por ejemplo, Lorenzo Baldasarri -piloto de la Academia- cobró en 2017 un sueldo anual que rondó los 100.000 euros, de los cuales un 10% -unos 10.000 euros- fueron a parar a la VR46 Riders Academy. En el caso de Luca Marini, hermano del propio Valentino, su sueldo como debutante en Moto2 rondó los 40.000 euros.
En cualquier caso, la VR46 Riders Academy no es un negocio más de Valentino Rossi. Su emporio empresarial ya le reporta los suficientes beneficios como para poder olvidarse del dinero hasta dentro de muchos, muchos años. La Academia es, a día de hoy, un vivero de promesas italianas, y el #46 quiere estar a su lado cuando sean campeones del mundo y él ya esté retirado de la competición en activo.
Para ello, su rancho de Tavullia se ha convertido en el centro neurálgico de este proyecto, "un punto de encuento, un lugar para competir", como reconoce Tebaldi. "Cuando los pilotos salen, llevan el cuchillo entre los dientos, no es un juego. Entrenan, discuten, a veces de forma tan exagerada que tenemos que calmarlos. Luego, por la tarde, delante de una barbacoa, estudian las sesiones y se ríen entre ellos".
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El VR46 Pro Flat Track, el nombre oficial del rancho de Valentino, ocupó titulares en la prensa hace unos días por la denuncia presentada por tres vecinos que se quejan de los ruidos y la suciedad que generan las motos durante sus entrenamientos. A este respecto, Tebaldi explica que "durantes todos estos años hemos hecho muchos controles aquí y todo ha estado siempre en orden. Antes de embarcarnos en este proyecto, informamos a todos los vecinos y la mayoría se sintió orgullosa de esta estructura, porque ven a Valentino entrenar con los jóvenes, que después se convierten en campeones, como Franco [Morbidelli]. Dos o tres se han dejado llevar por el odio y eso nunca trae nada bueno".
Pero el Rancho no es el único centro de entrenamiento de la Academia de Valentino. El Circuito de Misano Marco Simoncelli, ubicado a escasos kilómetros de Tavullia, es otro de los escenarios donde los pilotos de la VR46 Academy reciben clases magistrales por parte de Rossi. Una veces en la pista principal, donde Rossi se pone a los mandos de su Yamaha YZR-R1M, y otras en la pista de karting, un trabajo mucho más físico en el que habitualmente emplean las Yamaha R6 o Pit-Bikes con las que buscar un límite que siempre es más díficil de encontrar que en una pista grande.