 Redacción @todocircuitoweb | Google+ |
"Un día largo pero productivo", así resumía Valentino Rossi la segunda jornada de test MotoGP celebrada ayer en el Circuito Ricardo Tormo. El piloto italiano fue uno de los más activos en pista completando un total de 62 vueltas al trazado valenciano, cerca de 250 kilómetros para seguir buscando el camino a seguir de cara a 2018.
El de Tavullia centró la jornada del miércoles en el nuevo propulsor que Yamaha ha llevado a este test, un motor que Valentino montó en el chasis de 2016, además de hacer algunas comparaciones con ese mismo chasis y el motor de 2017. Rossi lo tiene claro: el chasis del año pasado (2016) debería ser la base sobre la que Yamaha trabaje este invierno.
Preguntado por el nuevo motor, Valentino confesaba en el paddock de Valencia que el objetivo del miércoles "era encontrar más potencia sin perder suavidad en la entrega a regímenes bajos, estoy contento con los resultados, hay cosas positivas y negativas. Valencia no es la mejor pista para evaluar un motor porque es bastante pequeño, pero tiene características interesantes para comprender algunas de sus características, como la aceleración en curvas lentas. Tendremos más información en Sepang en 10 días", apunta Rossi, que cerró la jornada con el séptimo mejor tiempo (1:30.724) a casi siete décimas de Marc Márquez.
En poco más de una semana, Yamaha llevará a sus dos pilotos oficiales junto con los hombres del Tech 3 hasta Sepang para completar su habitual test privado de pretemporada, el último antes del parón invernal. De momento, ni Rossi ni Viñales tendrán material nuevo para probar en Malasia: "No se puede hacer de otra manera, de hecho espero que podamos tener algo importante para probar a finales de enero..." dice Rossi con la sonrisa en la boca y cruzando los dedos. "Ahora sé que el chasis 2016 es la base para empezar, pero no podemos pensar que simplemente usando ese chasis podemos ganar carreras".
Aunque todavía no sabe qué tipo de moto tendrá en 2018, el piloto de 38 años confía en los ingenieros de Iwata: "Estoy seguro de que lo están dando todo. Ahora tenemos una dirección que seguir y al final me siento optimista. Después de todo lo que ha pasado, ya me imaginaba que estaríamos en esta situación y espero tener una moto mejor el próximo año".
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Preguntado por la gestión de las neumáticos con el nuevo motor, Rossi asegura no haber hecho pruebas todavía, aunque cree que necesitarán "algo más" para solucionar los problemas de desgaste de la goma trasera que siembre han ido asociados al chasis de 2016."Era un test importante y para no cometer errores es mejor usar la misma moto para comprender el camino, al final ya he decidido cuál es mi favorito, ahora tenemos que confirmar en Sepang si será lo mismo o hay algo más", finalizaba un Valentino Rossi con rostro cansado.
