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Los problemas de la Yamaha M1 no son el único quebradero de cabeza que Valentino Rossi va a tener en esta recta final del año. El piloto italiano tiene que enfrentarse ahora a la demanda colectiva presentada por tres vecinos próximos a su rancho ubicado en Tavullia por los ruidos y el polvo que generan las motos en cada entrenamiento, una demanda que podría acabar con el cierre de las instalaciones propiedad del piloto de 38 años.
El VR46 Ranch está ubicado a poco más de cuatro kilómetros y medio de Tavullia, la ciudad natal de Valentino. En 2011, el nueve veces campeón del mundo compró un terreno de 100.000 m2 a través de una sociedad propiedad de su padre Graziano, levantando allí una pista de dirt-track y un edificio multiusos que hace las veces de garaje y salón comedor, además de contar con varias habitaciones.
El rancho se levantó con todos los permisos por parte del Ayuntamiento de Tavullia, que le concedió el carácter de 'complejo educacional deportivo', pero rápidamente se encontró con su primera piedra en el camino: cinco vecinos ubicados a poco más de 500 metros del circuito que presentaron una demanda en el Tribunal Administrativo de Marcas -la región donde se ubica Tavullia- por el ruido que generaban las motos y las grandes polvaredas que levantaban a su paso, tiñiendo de color blanco todos los edificios próximos.
A lo largo de estos siete años, y a pesar de que el TAR rechazó la demanda en primera instancia, los vecinos han luchado con la justicia italiana para tratar de encontrar una solución. Desde entonces, dos de ellos decidideron desistir y abandonaron la causa, pero tres han llegado hasta el final, y hace sólo unos días acudieron a la última vista del proceso previa a la decisión final del TAR, que se conocerá en cuestión de dos o tres meses.
Tras siete años de lucha en los juzgados, los tres demandantes sólo quieren el cese total de las actividades en un circuito que, de acuerdo a la demanda presentada, no cuenta con un proyecto de impacto medioambiental previo. Los vecinos dicen no tener nada en contra de Valentino, de hecho uno de ellos es fan del piloto italiano. "Cuando gana me pongo contento", reconoce uno de los demandantes al diario Il Resto del Carlino, aunque añade que "el ruido es un fastidio, hace años tuve que ir al médico por estrés, uno viene aquí al campo para estar en paz y te encuentras con las motos".
En rojo las viviendas más próximas al VR46 Ranch
Uno de los temores a los que se enfrentan estos vecinos es la retirada más o menos próxima de Valentino, que dentro de poco tendrá más tiempo para dedicarle sus ratos libres a su rancho, un centro en el que, además de pasarlo bien, sirve como base de entrenamiento para los pilotos de su academia: "Piensa que si ahora Valentino ya está al final de su carrera, vendrá aquí más a menudo. Usted cree que si una persona privada, que no tiene el nombre de Valentino, quiere levantar algo así, ¿podrían hacerlo aquí?", se pregunta un vecino.
La gota que ha colmado el vaso de la paciencia vecinal llegó hace unos días cuando unos operarios instalaron varios postes de luz de hasta siete metros de altura en el rancho, una reforma que, de acuerdo a sus temores, podría implicar entrenamientos nocturnos en plena hora de descanso.
Según las estimaciones de la prensa italiana, la resolución del caso se conocerá el próximo mes de enero. Además de su cierre, también se baraja la posibilidad de que Valentino Rossi afronte una serie de reformas dentro del rancho para mitigar las molestias acústicas que genera a las viviendas más próximas.