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Cheste.- Pol Espargaró iniciará la última carrera del año desde la calle de boxes. El piloto del Red Bull KTM Factory Racing estrenó en Valencia el décimo motor de la temporada para su RC16 y sobrepasó el límite impuesto por reglamento a los equipos que disfrutan de concesiones, razón que obligó a los comisarios de la FIM a aplicar la sanción correspondiente. El #44 recibirá semáforo verde cinco segundos después de que el resto de la parrilla inicie la prueba.
Esta situación llega como consecuencia del ritmo de desarrollo impuesto KTM, que cambió de una configuración screamer a un propulsor big bang (conocer más sobre ambos) a principios de temporada y los motores utilizados hasta ese momento se descartaron. Más tarde también les afectó la llegada de un nuevo chasis que, por una cuestión de geometrías y distribución de pesos, no contaba con los mismos puntos de anclaje que el anterior. De nuevo, esas unidades que no encajaban cayeron en desuso.
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De acuerdo con Polyccio, los sacrificios hechos para conseguir el motor big bang merecieron la pena porque esta configuración ofrece la potencia "de una forma más lógica" y permite "traccionar el doble". Los cambios de chasis —ha probado una veintena desde que llegó a KTM— también han compensado: en Aragón, el de Granollers y Mika Kallio estrenaron un nuevo bastidor con el que ambos pelearon por el top diez.
La decisión de abrir un nuevo motor en Valencia responde a la misma filosofía de los cambios anteriores. KTM ha decidido sacrificar la carrera de Cheste y, si motor recién estrenado incorpora alguna novedad, podrían recopilar información con vistas al primer test de la pretemporada 2018, que se celebrará la próxima semana en el mismo escenario del Gran Premio.