 Por Alfonso Somoza @sukosomoza | Google + |
John McGuinness jamás olvidará la fecha del 11 de mayo de 2017. Aquel día, el Rey de la Montaña sufrió el accidente más grave de su larga carrera deportiva durante la sesión de qualifying de la North West 200, una caída en la que McGuinness salió despedido de su moto a más de 160 km/h, golpeando brutalmente una de las vallas de protección instaladas junto a un muro. A pesar de que nunca se llegó a temer por su vida, las lesiones que sufrió McGuinness le han obligado a decir adiós a la temporada 2017 y, quizás, a despedirse de forma definitivas de las Road Races. Al menos al más alto nivel.
Además de fracturarse cuatro vértebras y de romperse cinco costillas del lado iqzuierdo, la lesión que más está complicando la recuperación de McGuinness es la doble fractura de tibia y peroné que sufrió en su pierna derecha. Desde la semana posterior al accidente, John ha tenido que convivir con un fijador externo Ilizárov en su pierna que le ayuda a largar los huesos para recuperar los 50 mm que los médicos tuvieron que recortar de su tibia y peroné antes de volver a juntarlos.
"Estoy bien, empezando a aprender a vivir con esta tortura de cilindro de cinco kilos en mi pierna", explica McGuinness en una interesante entrevista ofrecida al portal Bennetts. "Es frustrante, pero si ves cuando me caí en la carretera contra la valla, podría haberme dado contra una farola, golpearme la cabeza, habría sido bastante peor". El piloto de 45 años es consciente de que la pierna "posiblemente nunca será la misma", y espera una ligera "cojera" permanente además de "cicatrices", pero no pierde el sentido del humor. "A las chicas les gustan las cicatrices, ¿no?".
A nivel psicológico y físico, McGuinness no oculta que es "díficil" llevar esta situación porque "siempre he intentado no tener problemas, sólo he tenido un par de tumbos en 20 años corriendo por las carreteras. Así que golpearse contra una valla a 100 mph es difícil de asimilar, pero estoy bien. Me rompí cuatro huesos de la espalda y cinco costillas del lado izquierdo. Tengo que decir que estas últimas semanas y meses han sido delicados, porque me está creciendo la pierna, los enganches tocan nervios y eso manda vibraciones por todo el cuerpo, y no es muy difivertido".
Preguntado por su lesión más grave en la pierna derecha, John McGuinness cuenta que "la fractura original estaba en la parte baja de la pierna, los huesos salieron por el lado, así que tuvieron que cortarlos para sanarlos, y después sujetarlos todos juntos, lo que básicamente hizo que mi pierna fuese 50 mm más corta. Así que lo volvieron a romper justo por debajo de la rodilla para mejorar la circulación y mejorar la recuperación del hueso en la parte alta. Entonces me colocaron un anillo alrededor de la parte superior de la tibia, y tiraron del resto hacia abajo".
Desde entonces, McGuinness está ajustando el anillo fijador a razón de "un milómetro al día, ya puedes ver hasta dónde ha llegado. Parece algo ridículo pero cumple su cometido, reconstruye la pierna. Es algo inteligente y fascinante". Hablando del plazo de recuperación que todavía tiene por delante, McGuinness cree que, "con toda la voluntad del mundo, creo que estaría listo para febrero o marzo. Eso contando con que todo salga perfectamente. Si tengo una infección, o el hueso no crece tan rápido, hay gente que se recupera mejor que otros... ".
Las fracturas en la pierna son algo relativamente frecuente entre los pilotos que se juegan la vida en carretera, de ahí que McGuinness tenga varios ejemplos para tomar como referencia: "Me fijo en lo que ha pasado Jamie Hamilton, que necesitó dos años. Y Hutchy [Ian Hutchinson], que ha atravesado un infierno, estuve con él en Londres en el Bike Show hace años cuando se volvió a romper la pierna con la mini moto. Así que sólo pienso, ya sabes, he estado rodeado de gente que no ha tenido demasiada suerte con esto, así que...".
La pregunta es obligada: ¿volverá McGuinness a las Road Races? "Todo el mundo me dice '¿Cuándo regresarás? ¿Qué vas a hacer? ¿Estarás listo para el próximo TT?¡, es como si la gente me hubiese convencido para volver", responde John. "Creo que todo el mundo quiere que vuelva a correr. Pero yo, personalmente, no sé qué decir. Mi bendición en estos últimos meses ha sido Hutchy, porque está en el mismo barco que yo [también se fracturó una pierna en el TT] y a las 2 de la madugada cuando estoy con dolores, él también, así que hablamos un poco por Whatsapp, reinventamos la rueda y nos contamos historias de mierda... pero cuando el dolor se va y estoy en pie, mirando todo y pensando 'Oh me gustaría volver...', quizás a carrera de clásicas, pero las grandes superbikes, posiblemente, probablemente diría que ya están fuera de mi alcance".
El Mísil de Morecambe pone el ejemplo de su compañero de equipo, Guy Martin, que estuvo fuera de las road races durante cerca de dos años tras su caída en el Ulster GP 2015: "Guy volvió y nunca le funcionó. Tienes que estar en esto cada semana, y si no lo estás, acabarás derrotado. Yo siempre estaba ahí, nunca me perdía nada: Mundial de Resistencia, los test, estaba en forma. Pero un año fuera de esto... podría ser difícil". Sin embargo, deja la puerta abierta a la posibilidad de correr en categorías menos exigentes a nivel físico como "Supertwins o las motos eléctricas del TT, quizás el Classic TT... no están fuera de mi alcance", dice McGuinness.
Cuando un piloto sufre una caída le duele el orgullo, pero si el motivo del accidente se debe a un fallo de la moto, la frustración es todavía mayor. Honda reconoció que la caída de John se debió a un problema en el acelerador electrónico de la CBR ligado a la centralita de carreras HRC, de ahí que el equipo Honda Racing cambiase la electrónica a la MoTec empleada en el BSB a raíz del accidente de McGuinness.
"Respecto a Honda... han admitido que no fue culpa mía, fue un problema de la moto... uno puede señalar a la gente y culparla, haciendo todo más retorcido, pero es algo que ha ocurrido y tengo que lidiar con ello", cuenta el piloto de 45 años. "¿Si volveré a involucrarme con Honda otra vez? Hay un gran signo de interrogación sobre eso. Me gustaría que fuese así, quiero pensar que hay algo de lealtad en las carreras. Siempre he sido leal; he tenido un contrato de lealtad con Honda, he estado con Shoei 12 años, ¡he estado 28 años con la misma mujer! Así que intento continuar con todo... pero estoy seguro de que podría coger el teléfono y decir, 'Hey, ¿puedo subirme a una Triumph, una Norton o lo que sea?' Haga lo que haga será en esta industria porque me gusta, me gusta la gente. No me iré de aquí. He tenido mi batacazo, y si esto quiere decir que no volverá a correr, no me iré de este deporte. Lo amo".
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Lo que sí ha dejado claro McGuinness es que su problema con la Fireblade SP de carreras no se puede trasladar al modelo de calle, ya que el fallo se concentró en la centralita HRC. "La moto de calle nunca tendrá el problema que me ocurrió a mí", explica, "el probleme estuvo en el kit ECU de carreras, un fallo en el blipper que estaba fuera de mi alcance. Ya he tenido problemas de acelerador atascado antes y cuando eso pasa tú accionas el embrague, pero cuando se pone a acelerar por si sola, da igual la experiencia que tengas, eres un simple pasajero".
Sin embargo, también lanza un dardo a Japón al señalar que la nueva Fireblade no es lo que él esperaba, al menos en su versión de competición: "Estuve en su presentación en Portimao, pensaba que la moto era genial, el autoblipper era bueno, el control de tracción trabajaba bien, como moto de calle es buenísima. Es suave, lineal, muy segura, muy Honda". Y llega el pero: "Como moto de calle es una buena moto. Pero como moto de carreras, no es que haya ido hacia atrás, pero me ha decepcionado. Como piloto he corrido con el modelo 2008, 2009, 2010... hasta 2016, y he estado esperando a algo que me asombrase, ¿y sabes? Por alguna razón, casi me mata", finaliza el ganador de 23 carreras en el TT de la Isla de Man.
