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La familia del motociclismo español despertó con un escalofrío en la mañana del 20 de julio de 2015. Dani Rivas y Bernat Martínez, dos españoles que habían viajado hasta Laguna Seca para competir en MotoAmerica y perseguir el sueño de ser pilotos profesionales, habían fallecido en un accidente múltiple al inicio de una de las carrera del fin de semana. Tras el desconcierto y la rabia iniciales, ambos fueron despedidos por sus seres queridos y la afición de la mejor forma posible: recordando lo felices que habían sido sobre dos ruedas.
Desde aquel momento, la figura de Willy Rivas, padre de Dani, cobró protagonismo. No puede ser de otra manera con un hombre que desprende esa energía. No habla de su hijo en pasado, se emociona cuando le recuerda y asegura que defender el motociclismo con la CUP Dani Rivas le ayuda a superar esta pérdida. Ha encontrado el "bálsamo" en Xavi, una alegría en forma de nieto al que ya está pensando inyectar el veneno de las motos: "El tío huele la gasolina y se vuelve loco". Igual que Dani. Tenía que ser así.
Todocircuito.com: El pasado fin de semana se celebró la selección de la CUP Dani Rivas 2017. ¿Qué tal fue?
Willy Rivas: Hemos incluido la categoría MiniGP y fue increíble. La cosa crece y se ve talento. Con los más pequeños ves predisposición y ganas, pero MiniGP va a ser estratosférico. Las Honda NSF100 montan una llanta de 12" y tienen un paso por curva impresionante. De hecho, muchos pilotos mundialistas las utilizan para entrenar. Los chavales transmiten unas sensaciones con las que nosotros mismos nos asombramos. Juanfran Guevara, uno de los jueces de la selección, quedó impresionado y nos dijo: 'Vais a disfrutar como locos con ellos'. ¡Es que los tíos van con el codo en el suelo!
TC: ¿Cuál es el objetivo de esta competición?
WR: Crear un paso intermedio entre las minimotos y una PreMoto3 o una Moto3. Aprenden a hacer paso por curva y cuando llegan a esas motos más grandes no se asustan. Tienen que aprender a apurar más la frenada y saben que cogen más velocidad punta, pero el conocimiento sobre las inercias, las trazadas, el gas y el dejar correr la moto en las curvas lo adquieren a los 12 años. A los 16 ya están a las puertas de la Red Bull Rookies Cup o del FIM CEV. En esto, los años pasan muy rápido.
TC: ¿Qué consejo daría Dani a estos chicos?
WR: No parí a Dani, pero lo llegué a conocer muchísimo. Les diría muchas cosas, pero sobre todo que tienen que ser perseverantes, luchadores y trabajar mucho. Él y yo habíamos hablado de la copa antes de que él falleciera. A nivel de competición, el motociclismo está muy apagado en Galicia a pesar de que tenemos los mejores sponsors. No me queda más remedio que transmitir en su nombre que los pequeños pilotos no deben crearse expectativas demasiado grandes. No todos van a llegar a ser campeones del mundo. Si a un chaval que va rápido y tiene talento le crean unas expectativas demasiado grandes y no llega, la desilusión es terrible. No queremos que eso ocurra en nuestra copa.
TC: Queréis transmitirles, en definitiva, que lo primero es disfrutar...
WR: Justo. Para la selección utilizamos un sistema en el que los jueces cuentan un 55-60%. Después, se puntúan las notas en el colegio, la estatura, el peso, la predisposición, la educación… Fue increíble: tras comprobar los tiempos de los transponders descubrimos que los jueces supieron quiénes eran los 15 pilotos más rápidos solo con verlos rodar a pie de pista.
TC: ¿Cuál es tu labor en la Copa?
WR: Mi trabajo principal, mi preocupación y mi caballo de batalla, son los cinco últimos clasificados de cada carrera. Tenemos una copa de 15 niños, y los cinco primeros echan adrenalina por los cuatro costados. Del sexto al décimo van bien. A los cinco últimos los mimo un poco. Antes de los entrenamientos doy una vuelta con ellos y les ayudo con datos más concretos para que vayan mejorando, se vayan enganchado y no se vean tan lejos de las posiciones delanteras. Cuando coges las hojas de resultados les dices: '¿Has visto? Ya estás muchísimo más cerca'. Y eso les anima. El chaval que queda último tiende a llorar. Por supuesto, en cuanto llegan al circuito les reúno a todos y les pregunto cómo están. Si noto que algún chaval está mal, hablo con él y con los padres si es necesario.
TC: Supongo que la ayuda de Dorna ha sido importante para que este proyecto se consolide...
WR: Estamos dentro del programa de talento de Dorna. Movieron sus hilos para que pudiéramos tener esas 15 unidades de la NSF100 que utilizamos. Sin ellos podríamos haberlo intentado, pero no habría sido posible sin Carmelo Ezpeleta y su hija Ana.
TC: ¿Quiénes más os han ayudado a poner los cimientos?
WR: Alberto Puig ha puesto su granito de arena con Honda, y Michelin nos suministra las gomas a coste cero. También nos ayuda TMSR. Es precioso.
TC: ¿En qué punto está la Fundación Dani Rivas?
WR: Al principio, todos los miembros de la Fundación querían cumplir ese sueño de colocar la estatua y lo consiguieron. Es una maravilla. Carmelo Ezpeleta me dijo que no había visto una estatua tan bonita. Ahora, la Fundación está trabajando de forma más pausada, y este año han becado otra moto de la CUP Dani Rivas. Han aportado 1.950 euros y quiero agradecérselo. Para el año que viene, hay una niña de Moaña, nuestro pueblo, que practica atletismo y necesita equipamiento para entrenar. Esta es la esencia de la fundación: ayudar, dentro de las posibilidades.
TC: ¿Habéis preparado algún acto para recordar a Dani esta semana?
WR: Han organizado una quedada en su estatua. Tomaremos algo a su memoria para recordar que, esté donde esté, debe estar orgulloso del legado que nos ha dejado y del lío en el que nos ha metido. Dos años sin él y sin Bernat Martínez, un año sin Luis Salom... Cómo pasa el tiempo. Vaya parrilla se ha montado allí arriba.
Dani Rivas en la mañana de aquel fatídico 19 de julio de 2015
TC: Hace un año entrevistamos a Dennis Noyes y dijo que la llamada que más le había marcado tras el accidente de Kenny fue la tuya. ¿De dónde sacaste las fuerzas?
WR: Lo volvería a hacer un millón de veces. Necesitaba hacerlo. Si en aquel momento no hablo con Dennis y le digo que su hijo va a salir adelante, me atraganto. Lo sentía así. Me salió del corazón y del alma. Dani hizo la pole en la carrera en la que Kenny tuvo el accidente, y desde allí viajamos a Estados Unidos. Fue un año terrible, y aquella conversación con Dennis fue brutal.
Paolo Simoncelli, padre de Marco, me dijo que tenía que estar orgulloso de las cosas magistrales que había hecho Dani. También recuerdo esta frase: 'No te arrepientas por lo que ha pasado, alégrate por haberle conocido'. Dani, aparte de ser piloto, fue mi hijo y mi mejor amigo. Yo he perdido a mi mejor amigo, porque la relación que teníamos era tan genial que éramos amigos. Intento no hablar de él en pasado.
TC: Kenny Noyes dice que la mejor forma de homenajear a los pilotos que nos han dejado es seguir disfrutando de las motos. ¿Tú qué crees que puede hacer la familia del motociclismo para recordar a Dani y a toda esa parrilla de la que hablábamos?
WR: Todo está resumido en la frase de Kenny. La moto es nuestra vida, ¿por qué vamos a dejarla? No hay cosa más dura que perder a un hijo, uno no está preparado para hacerlo. Yo, desde aquí, aconsejo a la gente que apuntale lo que ha dicho Kenny. Pero no solo ir en moto. Si tienes talento, compite. La probabilidad de que ocurra algo es la misma que practicando escalada o la que tiene trabajar en un astillero. Los circuitos no son peligrosos, aunque pasen cosas. Eso no significa que tengamos que cambiar nuestra vida.
No quiero que la gente piense que el motociclismo es peligrosísimo. A veces, pasan cosas que no deberían pasar. Tenemos que mirar hacia delante y ser positivos. Tenemos que conseguir que se valore el legado que han dejado aquellos que se han marchado yendo en moto y haciendo que el motociclismo sea cada vez más seguro. Defender el motociclismo me ayuda a superar la falta de Dani.
Siempre hablo de él en presente, da igual el tiempo que pase. He hablado en alguna ocasión con María, la madre de Luis Salom, y le pedí que hablara de ellos en presente. Me dio la razón. Te puedo asegurar que Dani y Luis se fueron con una sonrisa detrás del casco. Eran felices y amaban lo que hacían. Te juro que se van con una sonrisa detrás del casco. Hazme caso.
En nuestro caso, la llegada de un nieto ha sido un bálsamo. Se llama Xavi, y espero poder meterle el bicho de las motos pronto. El tío huele la gasolina y se vuelve loco.