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Gregorio Lavilla, Director de Carrera del Mundial de Superbikes, es consciente de que el WSBK necesita "dar otro paso" para recuperar el interés del público por un campeonato en el que la brecha entre los equipos de fábrica y el resto de estructuras privadas es cada vez mayor. Ducati y Kawasaki se han repartido todos los podios desde que la temporada arrancó en Australia, a excepción de Donington Park y Misano, donde Alex Lowes coló su Yamaha en el top 3 en dos carreras, además del podio de Leon Haslam en Inglaterra con la Kawasaki privada del Puccetti Racing.
En opinión de Lavilla, el campeonato no es tan diferente a día de hoy de como lo era en su época, a finales de los 90: "De hecho siempre ha sido así, sólo los equipos privados de Ducati han sido capaces de estar con los mejores, en el pasado el resto de motos estaban más lejos. Ahora es como en mi época, a veces un privado aparce con fuerza, como Haslam y la moto del Puccetti", explica en declaraciones a GPone.com.
Sin embargo, el ex-piloto español reconoce que el campeonato necesita cambios: "Con el paso del tiempo hemos intentado encontrar una normativa que acepten todos, hablo de fábricas, equipos y la FIM. Tenemos los ingredientes para dar otro paso en la reducción de costes y la brecha entre varias motos".
Hace unos días, la SBK Commission se reunía en Barcelona para tratar varios asuntos deportivos, además de poner sobre la mesa la posibilidad de incluir una electrónica común para toda la parrilla. "Estamos hablando de eso", cuenta Lavilla, "pero una misma ECU para todos sólo sería un pequeño paso, no sería una solución final. La normativa estaría más nivelada si todo el mundo tuviese las mismas condiciones, y la participación directa de las fábricas y la capacidad económica están incluidas aquí. La normativa influye en los resultados, pero todavía son los pilotos los que marcan la diferencia. Nuestro objetivo es reducir ligeramente el límite de preparación de las motos".
¿Qué otras opciones propone la SBK Commission para impulsar el campeonato? "El camino adecuado pasaría por acercar más la categoría de Superbike a la normativa de Superstock", responde Lavilla. "¿Cuánto? Tenemos que preguntárselo a las fábricas y equipos, yo siempre hago eso, tener en consideración lo que dicen e intentar satisfacer a todos. Cada equipo y piloto deberían tener la oportunidad de ganar. Intentaremos crear esa situación".
Con una audiencia televisiva en declive y una parrilla que no termina de llenarse, el WSBK necesita una mayor proyección internacional, y Lavilla cree que la llegada de estrellas al campeonato como Valentino Rossi podrían servir de revulsivo: "En estos momentos nuestro objetivo es aumentar el interés del público en SBK. Sería genial tener a Valentino Rossi como wildcard en algunas carreras, me encantaría tenerle algunas rondas, ¡creo que en Superbikes le trataríamos muy bien!".
Lavilla ganó el British Superbikes en 2005 con Ducati. El ex-piloto español conoce muy bien el campeonato nacional británico de velocidad, por eso no le extraña el dominio que los pilotos nacidos en la Gran Bretaña están demostrando en el WSBK: "El BSB es un campeonato rico y de gran tradición. Son independientes y tratan el campeonato como si fuese un mundial. La ola de pilotos fuertes que vemos estos días vienen de principios del 2000, un periodo en el que Rea, Camier, Haslam, Sykes crecieron... incluso Crutchlow: ganó el mundial de Supersport, hizo un año en Superbike y saltó a MotoGP, haciéndolo muy bien".