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Suzuki no ha empezado la temporada 2017 con los resultados que esperaban. Después de obtener hasta cuatro podios con Maverick Viñales la pasada temporada, esta campaña Andrea Iannone marcha 15º en la clasificación del Mundial y Alex Rins sigue lesionado después de haber corrido tan sólo dos carreras.
Los números asustan a la fábrica japonesa, que a finales de pretemporada había incluido en sus planes la posible creación de un equipo satélite. A estas alturas del Mundial los equipos ya empiezan a mover ficha: Aspar y Avintia ya han firmado la continuidad con Ducati para las próximas temporadas, reduciendo el abanico de equipos satélites a los que Suzuki puede optar; a fecha de hoy los únicos equipos que no han renovado son el LCR con Honda, el Marc VDS, también con Honda, y el Pramac con Ducati. A esto hay que sumar que Aprilia y KTM también han manifestado su intención de apuntarse a esta puja por tener su propio equipo satélite.
El mánager de Suzuki, Davide Brivio ha comentado a Autosport que a día de hoy las posibilidades de poner otra GSX-RR en la parrilla son pocas. “Suzuki es una empresa muy grande, pero el presupuesto que dedica a las carreras no es tan grande” comenta Brivio. “La creación de un equipo satélite agotaría los recursos del equipo de fábrica”.
Los problemas giran en torno a un contexto económico, tal y como dice Brivio, pues añadir dos motos satélites agotaría los recursos para el equipo oficial: “Nuestro progreso se ha parado un poco, está en espera, digamos. Somos conscientes de que si ponemos los recursos que tenemos en un equipo satélite supondrá problemas para nosotros”.
Aunque el italiano es consciente de que un equipo satélite sería beneficioso en términos de trabajo y desarrollo conjunto, cree que Suzuki no está preparada para tener un equipo oficial y otro satélite: “Esas dos motos adicionales serian de gran ayuda en la obtención de datos”, admite, a pesar de la dificultad económica que supondría para la fábrica.