 Redacción @todocircuitoweb | Google+ |
Jorge Lorenzo ha aprovechado la cercanía del Gran Premio de España para visitar la fábrica de SEAT en Martorell, donde el piloto de Ducati ha recibido un regalo muy especial: el nuevo SEAT León Cupra de 300 cv, el modelo más potente de la historia de la marca española capaz de alcanzar los 100 km/h en menos de cinco segundo. Su compañero, Andrea Dovizioso, ya recogió su nuevo León Cupra en Verona la semana pasada.
Los dos pilotos ducatistas serán este año embajadores de la marca española en todo el mundo, un acuerdo que se suma al existente entre las dos marcas, ya que el León Cupra es también el coche oficial del equipo Ducati en MotoGP. Una relación que también se extiende a los carenados de las dos Demosedici oficiales, que este año lucen el logotipo de SEAT en la parte frontal.
Durante su visita a Martorell, Lorenzo habló sobre su inicio de temporada con la GP17, tres carreras en las que el tricampeón del mundo de MotoGP ha sumado 12 puntos, con un noveno puesto en Austin como mejor resultado, una caída en la primera curva de Argentina y un undécimo puesto en su estreno bajo los focos de Losail.
El balear reconoció en declaraciones al diario MARCA que "quizás las expectativas eran demasiado altas" al inicio de la temporada, "por el hecho de que el año pasado se ganaron dos carreras, una en Austria y otra en condiciones de agua, entonces se esperaba que un piloto como yo, que estaba acostumbrado a ganar títulos, fuese rápido con esa moto".
Lorenzo pide calma y tiempo para adaptarse a una moto que, en su opinión, no tiene nada que ver con su antigua Yamaha: "Creo que eso requiere un proceso importante, un proceso largo porque hay que saber que esta moto es lo opuesto a la moto que yo utilicé durante nueve años, y yo soy un piloto que va poco a poco conociendo los límites de la moto, pero cuando los entiendo me quedo ahí. Siempre es una línea de evolución lenta pero a mejor, yo creo que poco a poco estamos dando pasos adelante. En Austin en entrenos fui la primera Ducati, en carrera estuve peleando con Dovizioso que lleva cinco años con esta moto, creo que será un proceso largo pero estable".
Jorge Lorenzo está llamado a recoger el testigo que Casey Stoner dejó en Ducati en el año 2007, cuando el australiano logró el primer y único título de la fábrica de Borgo Panigale en MotoGP. El piloto español sabía que éste "era un desafío muy díficil" y tenía claro que, de haber "querido estar cómodo" se habría quedado "en Yamaha", una moto que permitía a Lorenzo "luchar como mínimo por campeonatos del mundo, si no conseguirlos. Pero una vez que ya estás a punto de cumplir 30 años sentía que necesitaba un reto realmente especial y difícil".
"Hay que recordar que sólo Casey Stoner ha logrado ganar un Mundial con la Ducati", apunta el #99, "y recordemos que ese año tenía algunas ventajas que este año Ducati no tiene, como esos neumáticos Bridgestone que tenían distintos al resto de competidores, esos 20 ó 30 cv de más que tuvieron ese año del cambio de 1000 a 800... son ventajas que ahora mismo no se tienen, por eso ahora es más complicado luchar contra los gigantes japoneses".
Si algo ha demostrado Lorenzo desde que llegó a Ducati es su total implicación en el proyecto de MotoGP. Ya sea en los test o en los entrenamientos de un Gran Premio, Lorenzo asegura "hablar mucho con Dall'Igna y los ingenieros, a veces propongo mis ideas y lo que yo pienso que se podría hacer, pero no soy ingeniero, con lo cual más que ellos no creo que sepa".
La llegada de Lorenzo a Ducati podría obligar a la fábrica de Borgo Panigale a cambiar el enfoque en el desarrollo de su Desmosedici para poder adaptarla a las necesidades y estilo de pilotaje de su nuevo piloto: "Sí que es verdad que hay que estar atento a cómo trabajan las demás fábricas para aprender de ellos y mantener nuestros puntos fuertes, que son el motor porque evidentemente tenemos una gran potencia y velocidad punta, pero tenemos que aprender de todos para intentar sacar lo mejor de cada uno".
Sobre el ambiente dentro del equipo, Lorenzo asegura que es "fenomenal", y agradece a Ducati el no haberle reprochado el gesto de rabia que tuvo el balear en Argentina tras irse al suelo en la primera curva: "De momento el ambiente es fenomenal después de un gesto de rabia que me podrían haber reprochado después de Argentina y no lo hicieron, eso demuestra la gran y fe y respeto que me tienen. Estoy encantado con el trato del equipo y el gran esfuerzo que están poniendo los ingenieros, es cuestión de tiempos que los resultados vayan mejorando".
Por último, preguntado por la próxima cita del campeonato en suelo español, Lorenzo cuenta que "Jerez seguramente no sea la pista ideal para la Ducati, pero sí que lo es bastante para mí. Allí he conseguido grandes resultados, tengo mis mejores números y espero compensar un poco la dificultad que exige el tipo de trazado para nuestra moto con el gran feeling que siempre he tenido en esa pista".
