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KTM ha llevado a cabo la exigente tarea de adaptar su modelo más deportivo a la normativa medioambiental EURO4 con un objetivo muy claro, mantener su carácter agresivo y poderoso visto en todas sus generaciones anteriores, con ello, la nueva KTM 1290 Super Duke R se erige como el modelo más potente y avanzado visto hasta la fecha.
Nosotros hemos podido disfrutar durante una semana, de esta verdadera bestia del asfalto, y a continuación te contamos todo sobre ella durante nuestra vídeo prueba:
Para ello, su motor ha sufrido cambios internos que mejoran su eficiencia y rendimiento, como sus nuevas válvulas de titanio, cámaras de resonancia de culatas más grandes que mejoran la entrega de par a bajo y medio régimen, un cono del cigüeñal de mayor diámetro, o su nuevo sistema de escape. De esta forma, se ha logrado elevar la potencia del propulsor hasta los 177 CV, fijar un increíble par motor en 141 Nm a 7.000 rpm, mejorar el tacto del gas e igualmente reducir su consumo y emisiones.
En cuanto a su parte ciclo, seguimos hablando de un efectivo chasis multitubular en acero al cromo molibdeno, clave en su extraordinario comportamiento dinámico junto a su basculante monobrazo de aleación ligera, mientras que su equipo de suspensiones han sido revisadas para mejorar su comportamiento en alta velocidad. Ahora, su horquilla invertida WP cuenta con unos muelles más duros, mientras que la precarga del amortiguador trasero, también WP, cuenta con una nueva puesta a punto.
Para los frenos, KTM sigue apostando por dos pinzas Brembo M50 Monobloque y anclaje radial con dos discos flotantes de 320 mm y bomba radial, mientras que para el eje trasero se monta un solo disco de 240 mm mordido por una pinza Brembo de dos pistones, ambos gestionados por el sistema ABS 9.1 MP de Bosch con asistencia en curva, calibrado para una conducción deportiva, y con posibilidad de utilizarse en modo 'Supermoto', el cual permite el bloqueo de la rueda trasera.
Respecto a su paquete tecnológico, KTM dota a su nueva Super Duke R de todos los elementos necesarios para que el piloto elija en cualquier momento si exprimir todo el potencial de la máquina en circuito, o bien practicar una conducción más lógica y segura por carretera, todo ello bajo el marco ineludible de la electrónica más avanzada del momento.
En dicho apartado electrónico encontramos un efectivo control de tracción (MTC) sensible al ángulo de inclinación de la moto y ligado directamente a los modos de conducción y al control del acelerador electrónico. De esta forma nos encontramos de serie con tres modos de conducción, el modo 'Sport', con los 177 CV a tu disposición de una forma muy directa y con el control de tracción calibrado para permitir derrapajes, el modo 'Street', que mantiene toda la potencia pero entregándola de una forma más suave, y el modo 'Rain', con el que la potencia se reduce a 130 CV, su entrega se vuelve mucho más dulce, y el control de tracción actúa de forma más intrusiva. Aun con todo ello, KTM permite al conductor si así lo desea, desconectar por completo el control de tracción para darnos pleno control sobre el gas.
Siguiendo en el plano electrónico y de forma opcional, nuestra unidad de pruebas equipa un cambio rápido up/down y un regulador de freno motor (MSR) actuando este último de forma contraria al control de tracción. También de forma opcional, se puede contar con un pack denominado 'Track', el cual incluye un mapa motor también denominado 'Track' enfocado a un uso en circuito, la posibilidad de desconectar el anti-wheelie, un launch control, un control del deslizamiento de la rueda trasera, y la posibilidad de configurar el mapeado del sistema de inyección electrónica y en consecuencia, la entrega de potencia.
Manteniéndonos sobre el plano tecnológico y como novedad en su diseño, nos topamos con una nueva óptica delantera de LED, de tamaño super compacto, y con una parte central de aluminio que actúa de disipador térmico. Ésta cuenta con luz diurna de LED, y en conducción nocturna ofrece una gran intensidad y amplio espectro de iluminación, garantizando una conducción nocturna segura.
El display es una pantalla TFT a color con una información completísima y de fácil navegación gracias a su joystick de la piña izquierda. Una de la peculiaridades de esta pantalla es que cambia su esquema de colores en función de la luz ambiental, haciendo lo propio la barra de revoluciones. Además en la piña izquierda se ubica un acertado control de crucero, activable en 3ª, 4ª, 5ª y 6ª entre 40 km/h y 200 km/h.
Como aspecto que empieza a ser habitual en este tipo de motos de alta gama, la llave de contacto, bloqueo, y tapón de gasolina pasa a ser electrónica, facilitando dichas maniobras. Igualmente la nueva Super Duke R cuenta con desconexión automática de los intermitentes, sistema de control de presión de los neumáticos y el sistema KTM My Ride, con el que podremos vincular nuestro smartphone a la moto para ver en la pantalla las llamadas entrantes y las funciones de audio, todo ello controlable desde el manillar.
Para el diseño, KTM ha buscado líneas más rectas, enfatizando su carácter radical y extremo. Para ello, los carenados laterales se tornan más afilados al alargarse hacia delante, mientras que la sección del colín se vuelve más esbelta y elevada al dejar expuesto por completo el entramado tubular del subchasis.
Ya subidos en ella nos topamos con una posición a los mandos muy agresiva, y es que en este nuevo modelo su manillar se ha bajado 5 mm y adelantado 18,5 mm, lográndose un mayor control sobre el eje delantero. Además, tanto el manillar como las estriberas son regulables, permitiendo ajustar sus parámetros a nuestro gusto. Por su parte el asiento se sitúa a 835 mm del suelo, sin problemas para llegar al suelo con los pies si rondas el 1,80 m como es mi caso.
Una vez arrancamos y damos un par de acelerones, además de dibujarnos una sonrisa de niño malo, nos deja claro que en cuanto engranemos 1ª nos va a pedir guerra. Es una bestia del asfalto y así lo demuestra cuando recorremos nuestros tramos preferidos de curvas. En ellas se siente como en casa, es una moto tremendamente efectiva, ataca los ápices de las curvas con muchísima precisión, manteniendo la línea como si por raíles fuese y demostrando gran agilidad en los cambios rápidos de dirección pese a sus 195 kilos en seco.
Su juego de suspensiones trabajan a la perfección, aportando mucha información y con un tarado claramente deportivo, mientras que su potente juego de frenos nos permite apurar las frenadas con una confianza y seguridad a la altura de las mejores superbikes del momento.
Su componente electrónico igualmente trabaja a la perfección, esto quiere decir que apenas se nota su actuación cuando así se requiere, permitiendo afianzar al máximo y dentro de tus capacidades una conducción deportiva.
Fuera de zona de curvas, claramente es donde menos partido la sacaremos. En autovías, si bien es cierto que cuenta con una aerodinámica bastante correcta para tratarse de un modelo 'naked' y de contar con un comodísimo control de crucero, el mullido del asiento es bastante duro y no incita a realizar largos recorridos. Igualmente en ciudad, nos encontramos con un exceso de potencia y geometrías que te piden enroscar el mango, teniendo como remedio 'casero' activar el mapa 'Rain' para contener de la mejor manera su ímpetu explosivo.
Equipación para la prueba:
Casco: SHARK Spartan Carbon
Chaqueta: Bering Storm R
Guantes: Five RFX1
Pantalones: Dainese Bonneville
Botas: SIDI Roarr
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