GASGAS ha decidido poner punto final a su presencia oficial en la competición a partir del 1 de enero de 2026. No es una retirada parcial, ni un paso atrás temporal. Es un cierre definitivo del programa de fábrica que afecta a todas las disciplinas, pero que golpea de lleno al trial, el terreno donde la marca española no solo compitió, sino donde construyó su identidad durante décadas.
El anuncio marca el final de una era muy concreta. GASGAS había logrado en los últimos años reposicionarse en lo más alto del trial mundial, no desde la nostalgia, sino desde un proyecto moderno, sólido y competitivo. Y el nombre que mejor resumía esa etapa era el de Jaime Busto. El piloto vasco se había convertido en el estandarte del equipo, en la imagen reconocible de una GASGAS que volvía a ser protagonista en TrialGP y en X-Trial, peleando regularmente por victorias y podios frente al dominio absoluto de Toni Bou y Honda.
Los números respaldaban ese proyecto. Busto cerró el último campeonato del mundo en tercera posición, con triunfos parciales y una regularidad que lo situaba como el rival más constante de Bou en la era reciente. La victoria en Saint Denis no fue un espejismo, sino la confirmación de que el equipo tenía rumbo, estructura y capacidad para seguir creciendo. No había síntomas deportivos de final de ciclo. Todo lo contrario.
Y, sin embargo, el programa se detiene en seco. La participación de Busto en la reciente prueba de X-Trial en Ponte di Legno fue, en la práctica, su despedida del equipo de fábrica. En cuestión de días, la estructura desaparecerá, dejando a uno de los pilotos más competitivos del trial moderno sin asiento oficial de cara a 2026. No por resultados, no por rendimiento, sino por una decisión empresarial que va mucho más allá del deporte.
Ahora, los motivos de esto. La retirada de GASGAS se enmarca en la reestructuración global del grupo Pierer Mobility, ahora bajo la dirección estratégica de Bajaj. En ese nuevo escenario, GASGAS es la marca que pierde por completo su presencia oficial en competición, aunque mantiene su actividad industrial en Austria y la continuidad de su gama de modelos, incluso con renovaciones previstas para 2026. Es una separación clara entre producto y carreras, una línea que en el caso de GASGAS resulta especialmente dolorosa.
Porque abandonar el trial no es un simple ajuste de presupuesto. Es renunciar al núcleo mismo de la marca. GASGAS nació, creció y se definió en las zonas, en el equilibrio imposible sobre la roca mojada, en la precisión extrema del trial. Salir de ahí supone cortar el vínculo más profundo con su propia historia.
La compañía ha confirmado que seguirá apoyando a equipos y pilotos privados, pero la etapa de los equipos oficiales está cerrada. Para Jaime Busto, el futuro inmediato genera una enorme expectación. Está en plena madurez deportiva, con velocidad, experiencia y resultados contrastados. No es un piloto de transición ni una promesa por explotar. Es un aspirante real al título.
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Para GASGAS, en cambio, la decisión deja una sensación difícil de ignorar. Se va del trial justo cuando tenía las herramientas humanas y técnicas para seguir plantando cara al mayor dominio de la disciplina. Un final abrupto para una historia que, por resultados y sincronía, no parecía ni mucho menos agotada.

