NOTICIAS

Viñales, a corazón abierto sobre Yamaha: "Habría cobrado la pasta, es importante para la familia"

Publicado el 25/11/2025 en Mundial de Motociclismo

maverick

El tiempo todo lo cura, o al menos, todo lo pone en perspectiva. Han pasado ya varios años desde que Maverick Viñales protagonizase uno de los culebrones más sonados de la última década en MotoGP, rompiendo su contrato con Yamaha de forma abrupta a mitad de la temporada 2021.

Ahora, mucho más calmado y asentado, el catalán ha decidido tirar de la manta. Lejos de aquel piloto incendiario que salió por la puerta de atrás de la fábrica de Iwata, el catalán reconoce ahora que, con la experiencia que ha acumulado durante los últimos años, habría gestionado de otra forma su adiós a Yamaha.

En una charla sin filtros en el podcast Dura La Vita, Viñales ha admitido que la gestión de aquella crisis fue fruto del momento y la inexperiencia. Si tuviera que volver a verse en esa tesitura con la mentalidad de hoy, el bolsillo mandaría. "Con la experiencia de ahora, habría continuado, cobrado la pasta y me habría ido a otro lado. Al final es importante para la familia toda la parte económica", asegura.

Para el Maverick actual, la hoja de ruta habría sido aguantar el chaparrón, cumplir lo firmado y buscar una salida ordenada: "Tenía un año más de contrato. Ahora lo habría hecho diferente, también con la familia, lo que he aprendido... habría sido más productivo haberme quedado, haber meditado y encontrado la calma suficiente para gestionar esa frustración".

No obstante, el piloto no olvida el infierno personal que atravesaba en aquel box. Aunque la cuenta bancaria hubiera agradecido la permanencia, su salud mental decía basta. Aquella ruptura, aunque traumática en lo profesional, fue balsámica en lo personal. "Cuando me fui de Yamaha me quité una mochila enorme, volví a respirar tranquilo", confiesa Maverick, que por aquel entonces sentía que se asfixiaba en el garaje azul: "En ese momento necesitaba el cambio. Como persona me habría estancado".

Para entender el desenlace, hay que mirar al origen. La llegada de Viñales a Yamaha en 2017 prometía ser la alianza definitiva para destronar a Márquez. El inicio fue, sencillamente, de ensueño. Maverick heredó la M1 que dejaba Jorge Lorenzo y la conexión fue instantánea. "En 2016 me dieron la moto de Jorge, idéntica, la del fin de semana, sin las alas delanteras, porque las prohibieron", recuerda. En esos primeros test en Cheste, Viñales voló sin ni siquiera buscarlo: "Viví la entrada en Yamaha sintiendo que por fin llegaba mi oportunidad de demostrar quién era".

La superioridad mostrada en pretemporada dejó en shock a los ingenieros japoneses. Los tiempos salían con una facilidad pasmosa. "Cuando veían los cronos los de Yamaha, no se lo creían", explica el piloto, que tras arrasar en los test de Sepang lanzó un aviso a navegantes dentro de su propio box: "Esta moto la tapáis y me la traéis a la carrera". Sin embargo, la política de desarrollo de la marca japonesa pronto empezó a torcer el rumbo.

vinales yamaha

El jarro de agua fría llegó con el fuego real. La moto que aterrizó en la primera carrera ya no era aquel misil que Maverick había domado en invierno. "Llegamos a la primera carrera de Sepang y era otra moto, era nueva", lamenta. Los cambios en los neumáticos terminaron de matar sus opciones, exponiendo una carencia que Yamaha arrastra hasta hoy: "Luego ya nos cambiaron la goma de delante y adiós, ya no había grip. Ya se ve ahora, la Yamaha sin grip no funciona".

La convivencia con Valentino Rossi, el gran tótem de la marca, fue positiva para Maverick, que se quedó sorprendido por el poder que el italiano ejercía en la estructura. "Fue muy bonito, era la primera vez que competía contra mi ídolo, y de tú a tú, con las mismas armas", relata, aunque matiza la influencia del '46': "Rossi tenía mucho peso en Yamaha, fue muy divertido. Se los tenía ganados a todos".

El divorcio técnico se consumó en 2018. La fábrica tomó una dirección de desarrollo opuesta a la que pedía el español, lo que derivó en una temporada desastrosa y un hecho insólito: los japoneses pidiendo disculpas públicas. "En 2018 no escogieron lo que yo quería, y me enfadé mucho como piloto. Veía clarísimo lo que tenía que hacer para ganar, pero no siguieron mi camino", dispara Viñales, recordando que aquella M1 "era una moto que no se paraba en las curvas, el motor no tenía potencia, no me gustaba".

Leer también: El independentismo catalán rabia contra los hermanos Márquez

La gota que colmó el vaso fue la temporada 2020, un año marcado por problemas de fiabilidad impropios de un equipo oficial que derivó en una sanción a Yamaha por manipular sus motores a causa de un lote defectuoso de válvulas: "2020 hice el año con cuatro motores. Hubo un problema de fabricación... tuve que salir incluso del pitlane", rememora sobre un año en el que acabó cuarto de milagro. 

Tags: maverick viñales, motogp, Yamaha.


Sólo los usuarios registrados pueden añadir un comentario. Por favor, inicia sesión o regístrate a través de este enlace.