
El gigante del ala dorada ha despertado, pero el éxito tiene un precio altísimo. Tras la sólida actuación de Johann Zarco en Portimao, Honda está a solo nueve puntos en Valencia de perder las concesiones que han sido vitales para su resurrección. El Mundial de MotoGP llega a su fin en Cheste y, mientras todos miran al campeón, en el box de HRC echan cuentas. La situación es una paradoja digna de estudio: lo están haciendo tan bien que corren el riesgo de perder sus privilegios de desarrollo para 2026.
La remontada de Honda es un hecho. Los podios de Joan Mir en Japón y Malasia, aunque empañados por los fallos técnicos de Portimao, y la regularidad de Zarco, han puesto a la marca en una encrucijada. Si suman esos nueve puntos, ascenderán del Rango D (el de máximas ayudas) al Rango C, un club más exclusivo y restrictivo.
Decir adiós al Rango D es un golpe duro para los ingenieros. Significa el fin de los test privados ilimitados con pilotos oficiales. Significa congelar el desarrollo del motor durante toda la temporada. Significa menos neumáticos para probar y solo una actualización aerodinámica al año, en lugar de las dos actuales.
Sin embargo, en el corazón del equipo oficial, la estrella del proyecto, Joan Mir, ve esta amenaza con una filosofía de campeón. Lejos de lamentarse, el mallorquín cree que es la consecuencia lógica de volver a su sitio. “Creo que si en el futuro no tenemos concesiones, es porque nos lo merecemos”, soltó Mir, con la franqueza que le caracteriza. “Esa es un poco la realidad”.
Para el #36, esta situación solo confirma que HRC ha salido del laberinto técnico en el que llevaban años perdidos. “Creo que estuvimos en un momento en el que no sabíamos qué hacer para ser rápidos. Y ahora, hemos encontrado esa línea correcta”.
Mir admite que la recuperación total no es inminente, pero el rumbo es claro: “El camino es muy largo, pero con trabajo y todo, podemos mejorar nuestro paquete”.

El epicentro de esta mejoría ha sido el motor. El déficit de la RC213V en recta y aceleración era sangrante, pero el trabajo en Japón ha dado sus frutos. “Es cierto que en el pasado nos faltaba velocidad punta y aceleración”, reconoce el español. El avance, según Mir, no fue solo de potencia bruta. “Trabajamos mucho en eso, no solo en la velocidad punta, sino también en la entrega de par y en cómo funcionaba el motor”.
Lo más revelador es cuándo se produjo el cambio. No ha sido solo una mejora de mitad de temporada, sino un salto planificado. “De este año al pasado es el mayor paso que hemos dado. A principios de año, la moto ya funcionaba mucho mejor, y luego durante la temporada recibimos algunas actualizaciones más”.
El campeón de 2020 insiste en que el verdadero salto se dio en invierno: “Yo diría que el mayor paso que dimos [con el motor] fue del año pasado al comienzo de este”. Por eso, Mir no teme al futuro restrictivo del Rango C. Lo ve casi como una medalla. “Es cierto que las concesiones jugaron un papel importante en los últimos años, pero si no las tenemos en el futuro, no será más que una buena noticia para nosotros”.
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Mientras Honda afronta su éxito, su histórico rival, Yamaha, respira algo más aliviado. Aunque los de Iwata también están en el Rango D, sus posibilidades matemáticas de ascender este año son remotas. Ellos, casi con seguridad, mantendrán todas las ayudas en 2026.

