Benda tiene un objetivo claro: Europa. La marca china ha decidido que el viejo continente es su próximo territorio a conquistar. Y para una invasión de este calibre, no valen medias tintas. Necesitaban un arma potente, algo que hiciera girar cabezas y que demostrara su capacidad tecnológica. La respuesta ha llegado en forma de una musculosa cruiser de gran cilindrada, y tiene un nombre que suena a declaración de intenciones.
El escenario elegido para este desembarco ha sido el EICMA 2025, el salón de Milán, donde Benda ha desplegado toda su artillería. La estrella indiscutible, la que ha acaparado todos los flashes, ha sido la Benda Dark Flag 950, el buque insignia de una nueva era para el fabricante asiático y su primera incursión real en el segmento de las motos de gran cilindrada.
Lo que hace especial a la Dark Flag 950 no es solo su estética, sino lo que esconde bajo el depósito. Hablamos de un motor V4 de desarrollo propio. Un bloque de 948 cc, refrigerado por líquido, con un ángulo de 60 grados entre los cilindros y pistones forjados. Esta configuración no es casual; busca ofrecer un carácter y unas prestaciones que solo un V4 puede dar, diferenciándose de la competencia.
Las cifras que arroja este motor son contundentes. La Dark Flag 950 entrega 108 cv de potencia a 9.000 revoluciones por minuto y un par máximo de 85 Nm a 7.000 rpm. Esta cruiser no es solo para pasear, es una auténtica "muscle bike" diseñada para impresionar.
Traducido a la carretera, estos números significan una aceleración capaz de pegar al piloto al asiento: Benda anuncia un 0 a 100 km/h en solo 3,8 segundos, con una velocidad máxima declarada de 190 km/h y un sonido bronco que emana de su escape dual estilo "shotgun".
Benda define la filosofía de esta moto con el lema «La potencia define la estabilidad». A pesar de su cilindrada, la compañía destaca que la 950 ha logrado reducir el peso en orden de marcha incluso comparada con su hermana menor, la Dark Flag 500. Esto, sobre el papel, debería traducirse en una agilidad sorprendente para su segmento, fijando el peso final en 242 kg lista para rodar.
Para domar esta potencia, la Dark Flag 950 viene cargada de tecnología. Incorpora un acelerador electrónico de segunda generación que promete una respuesta milimétrica y suave. Pensando en los viajes largos, incluye un control de crucero de un solo botón. Además, un sistema "stop-start" inteligente gestiona el V4, llegando a cerrar cilindros al ralentí para reducir el consumo y el calor, un detalle de eficiencia poco común en el mundo cruiser.
La moto equipa sistemas de ABS y control de tracción (TCS) de doble canal, ambos desconectables para los que busquen el control total. En el apartado de frenos, no se han andado con rodeos: un equipo completo Brembo, con pinzas radiales de 4 pistones delante y una pinza de 2 pistones detrás, muerde los discos.
La parte ciclo se completa con un embrague antirrebote, una robusta horquilla delantera invertida firmada por YU-AN y un sistema de doble amortiguador trasero hidráulico. La comodidad y el control a baja velocidad se confían a un asiento situado a solo 690 mm del suelo, una altura muy accesible que, combinada con un depósito de 16 litros, augura una buena autonomía para rutas largas.
Estéticamente, la Dark Flag 950 irradia personalidad V4. El frontal destaca por su faro LED con el diseño de cuatro "dientes de gato", un sello distintivo de la gama. Los acabados buscan un toque de lujo, con asientos de costuras vistas para piloto y pasajero, y un panel de depósito rematado en cuero con detalles grabados.
La zaga es limpia, con una luz LED de ancho completo y neumáticos anchos (180/90-16 detrás sobre llanta de aluminio fundido) que le dan una presencia imponente. Los detalles prácticos no se han olvidado, con una pantalla TFT a color y un puerto USB-C de carga rápida de 25W.
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La Dark Flag 950 estará disponible en cinco acabados: Glimmering White, Obsidian Black, Burgundy Red, Prism Grey y Mountain Silver. De momento, Benda no ha concretado su fecha de llegada a España, así como su precio.
