Cuando parecía que la Triumph Scrambler 900 había alcanzado su madurez, la firma británica ha movido ficha, presentando una evolución para 2026 que la transforma desde sus cimientos, situándola en la vanguardia tecnológica del segmento sin sacrificar un ápice de su ADN retro.
La firma de Hinckley ha decidido que su icónica Scrambler 900, que llegará a los concesionarios en marzo de 2026, merecía una electrónica de moto de alta gama. El cambio más llamativo es es la adopción de una plataforma de medición inercial (IMU), que permite la introducción del ABS optimizado para curvas y un control de tracción sensible a la inclinación.
Este salto cuántico en seguridad activa, hasta ahora inédito en este modelo, significa que la moto entiende su posición en el espacio, ajustando la frenada y la entrega de potencia incluso en pleno ángulo de inclinación, algo que cambia por completo las reglas del juego en su categoría.
Pero la revolución no es solo digital. El comportamiento dinámico de la Scrambler 900 promete ser otro. Los ingenieros han jubilado el antiguo basculante de acero para dar paso a un nuevo y ligero componente de aluminio fundido. Este cambio, unido a un chasis tubular de acero rediseñado, busca mayor rigidez y, sobre todo, una reducción de peso significativa.
En consonancia con el nuevo chasis, el conjunto de suspensiones recibe una actualización de primer nivel. Desaparece la horquilla convencional para dar paso a una robusta horquilla invertida Showa de 43 milímetros. Detrás, un par de amortiguadores piggyback del mismo fabricante, con ajuste de precarga, se encargarán de gestionar la tracción.
La agilidad ha sido una obsesión en esta renovación. Para lograrla, la Scrambler 900 montará llantas de aluminio más ligeras que buscan reducir la masa no suspendida y hacer que la moto entre en las curvas con más facilidad. Estas llantas vendrán calzadas con neumáticos Metzeler Tourance, de clara vocación mixta.
La frenada también se ha puesto al día. El tren delantero confía ahora en un disco único de mayor tamaño, que crece hasta los 320 mm, mordido por una nueva pinza de anclaje radial de cuatro pistones, garantizando una potencia de detención que la moto anterior no ofrecía.
Lo que no cambia es el corazón. Sigue latiendo el conocido motor bicilíndrico Bonneville de 900 cc, con su cigüeñal calado a 270 grados. Conserva su carácter, entregando 65 cv y unos notables 80 Nm de par motor a solo 3.250 rpm, cifras que garantizan una respuesta contundente desde muy abajo.
Este motor se gestiona ahora a través de un acelerador electrónico ride-by-wire que ofrece tres modos de conducción (Road, Rain y Off-road). El modo Off-road ha sido calibrado para la aventura, desactivando el ABS trasero para permitir derrapajes controlados en tierra.
Estéticamente, la moto se percibe más afilada. El depósito de 12 litros adopta formas más angulosas, mientras que toda la parte trasera se ha estilizado gracias a un nuevo subchasis más estrecho y un asiento de dos piezas rediseñado. La iluminación es ahora full LED, destacando un nuevo faro delantero.
El puesto de conducción también se moderniza. La Scrambler 900 estrena un nuevo cuadro de instrumentos que, bajo una apariencia clásica redonda, esconde una pantalla LCD y un TFT integrado, además de un necesario puerto de carga USB-C.
Incluso su seña de identidad, el doble escape lateral elevado en acero inoxidable, ha sido revisado. Mantiene su estética inconfundible y su sonido característico, pero se adapta a las nuevas normativas de emisiones.
Triumph ha confirmado que existirá un kit de limitación para el carné A2, y que el catálogo de accesorios superará las 120 referencias para personalizarla.
La nueva Triumph Scrambler 900 2026 tendrá un precio de salida de 11.995 € en España, un leve incremento que se justifica con la profunda actualización tecnológica y de parte ciclo. Estará disponible en tres nuevos colores: Matt Khaki Green, Mineral Grey y Urban Grey.
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