El Campeonato Británico de Superbikes mantiene desde hace años una categoría singular denominada GP2. Se trata de una fórmula concebida como una especie de Moto2 alternativa, donde chasis prototipo de fabricantes como Kalex o Suter se combinaban con motores de 600 cc. Sin embargo, esta clase se encuentra en una profunda crisis.
La llegada de las nuevas monturas de Supersport 'Next Generation', como las potentes Ducati Panigale V2 o las tricilíndricas de Triumph, ha mermado drásticamente el interés por la GP2. La situación llegó a ser crítica en 2022, cuando la parrilla de esta categoría apenas superó la media docena de inscritos, quedando al borde de la desaparición.
Ante este sombrío panorama, el ingeniero Tony Scott, una figura con más de tres décadas de experiencia en la competición, propuso una solución ingeniosa bautizada como "Moto EVO". Un proyecto diseñado para dar una segunda vida a la categoría con un enfoque técnico muy diferente.
La filosofía de Scott es clara: en lugar de centrar el gasto económico en apretar los motores de serie hasta el límite -lo que implica un enorme desgaste y costes de mantenimiento desorbitados cada pocas carreras-, la clave de la Moto EVO reside en la parte ciclo.
El proyecto se centra en la geometría. Scott desarrolló un kit, con un coste de acceso de 3.500 euros, diseñado para los chasis de serie de las Triumph, tanto la Daytona 675 como la Street Triple 765.
Este paquete de piezas es el corazón del concepto. Incluye un ajustador para el ángulo de la pipa de dirección, tijas regulables para modificar el desplazamiento de la horquilla y, lo más importante, un sistema de varillaje trasero específico y un ajustador para el pivote del basculante.
Con estos componentes, un chasis de producción adquiere cientos de posibilidades de configuración. Los equipos pueden alterar radicalmente el comportamiento de la moto, solucionar problemas de desgaste de neumáticos o volverla más ágil o estable, accediendo a un nivel de settings que hasta ahora era exclusivo de los caros bastidores de competición.
Aunque Scott ofrece estos kits, también suministra motos completas listas para correr. Estas máquinas son, por definición, extremadamente raras. Por eso, nos ha llamado la atención cuando una de estas "Tony Scott EVO Moto2" completas ha aparecido en el mercado de ocasión.
El motor que impulsa a esta unidad en concreto es un propulsor Triumph Street Triple RS de 765 cc, pero con una preparación que eleva su rendimiento hasta los 150 caballos de potencia. La electrónica se confía a una centralita Delta SES, mientras que la adquisición de datos corre a cargo de un sistema AIM.
El vendedor describe la moto como una "auténtica pieza única" y "sin reparar en gastos". Un vistazo a los componentes confirma el nivel de la preparación.
En el apartado de suspensiones, monta material de primer nivel: una horquilla delantera K-Tech proveniente del Mundial de Supersport y un amortiguador trasero Öhlins TTX. El tren de rodaje se completa con llantas forjadas Dymag y un sistema de frenos HEL que incluye una bomba de pulgar para el freno posterior.
El conjunto se remata con un escape completo de titanio, semimanillares PP Tuning y, por supuesto, el subchasis y el sistema de bieletas específico desarrollado por el propio Tony Scott, configurando una oportunidad muy poco habitual de adquirir una de estas innovadoras máquinas de carreras.
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La moto en cuestión se encuentra físicamente en la República Checa, aunque el vendedor la puede enviar a cualquier parte de Europa. Su precio de venta es de 22.000 euros, y si estás interesado en ella, puedes contactar con el anunciante en este enlace.