Pecco Bagnaia ha salvado una jornada de viernes extremadamente compleja en el Gran Premio de Australia, logrando una clasificación directa para la Q2 con el noveno mejor tiempo, un resultado que, lejos de contentar al italiano, le deja más preocupado todavía, sin saber exactamente los motivos que le están lastrando en este arranque del fin de semana en Phillip Island.
La sesión estuvo marcada por un inexplicable problema que afectó a una de sus dos Desmosedici GP25, una situación que trajo a la memoria el calvario sufrido en Indonesia, pero con un matiz aún más confuso: "Al final ha sido un día difícil de entender. En una de las dos motos no conseguía pilotar, como ya me había pasado en Indonesia, por lo que no podía apretar ni acumular vueltas", admitió el piloto turinés.
Gracias a su segunda moto, pudo encontrar un resquicio de competitividad y evitó el peaje de la Q1: "En la otra, en cambio, he tenido menos dificultades, aunque tiende a presentar el mismo problema de toda la temporada, en la frenada y en la entrada, pero al menos me permite ser más competitivo y gracias a ella he entrado en el top 10 y en la Q2", explicó Bagnaia.
El enigma reside en la diferencia de comportamiento entre dos máquinas teóricamente idénticas, un rompecabezas que el equipo Ducati intenta resolver a contrarreloj. "En Indonesia, las dos GP25 tenían el mismo problema, aquí solo una, y las motos, que yo sepa, son las mismas. Por eso también para el equipo es difícil de entender y están trabajando duro para resolverlo", detalló.
Con este panorama, las aspiraciones de repetir una actuación sobresaliente como la de Japón se desvanecen. "De momento me es imposible replicar la actuación de Japón. Solo saliendo bien y recuperando posiciones podría meterme en el grupo de cabeza", reconoció. A pesar de todo, valora el aprendizaje: "Hoy ha sido un día importante porque hemos entendido más cosas que en otras carreras".
A los problemas mecánicos se sumó la amenaza del clima. Las fuertes rachas de viento y un asfalto muy bacheado han encendido las alarmas en el paddock, llevando a Bagnaia a proponer una medida drástica para garantizar la seguridad de todos los pilotos.
"En mi opinión, el GP debería disputarse mañana, pero lo hablaremos en la Comisión de Seguridad", advirtió el tricampeón. "Hoy nos hemos encontrado una pista con muchos baches y las ráfagas de viento estaban al límite, por lo que correr el domingo podría volverse realmente traicionero, como hace dos años. Por eso será importante discutirlo bien para encontrar una solución".
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Mientras se decide el programa de este Gran Premio de Australia, la estrategia para la carrera se centra en la elección de neumáticos. La degradación en Phillip Island es un factor clave y el trabajo del sábado será vital. "Mañana será crucial acumular vueltas para hacer la elección. A día de hoy, apostaría por el duro delante y el medio detrás, ya que el blando no es suficiente para toda una carrera", adelantó sobre sus preferencias.
