Hay llamadas que cambian una carrera y otras que parecen una broma de mal gusto. Para Jeremy McWilliams, leyenda norirlandesa de las dos ruedas, la propuesta de compartir pantalla con una de las mayores estrellas de Hollywood perteneció, inicialmente, a la segunda categoría... hasta que finalmente supo que tenía ante sí la oportunidad de trabajar junto a Scarlett Johansson, casi nada.
Todo comenzó cuando el director Jonathan Glazer buscaba un perfil muy concreto para su película de culto de 2013, Under the Skin. Necesitaba un motorista, pero no uno cualquiera. Steve Keys, empresario del mundo de las dos ruedas, fue el encargado de encontrarlo, y ahora, en su última intervención en el podcast Full Chat, ha revelado cómo sucedió todo. "Dijeron que necesitábamos a alguien que pilotara muy rápido y que, cuando apareciera en algún sitio, tuviera un aspecto que diera miedo", explicó Keys.
La lista de candidatos incluía a figuras como James Toseland y Neil Hodgson, pero fueron descartados por una razón poco común en el mundo del espectáculo: eran "demasiado guapos" para el papel. El personaje requería una presencia intimidante, una dureza que trascendiera la pantalla. Fue entonces cuando Keys pensó en McWilliams, un piloto conocido por su carácter afable fuera de la pista, pero con una mirada de acero cuando se ponía el casco.
"Cualquiera que conozca a Jeremy sabe que es exactamente lo contrario. Es uno de los tipos más agradables que puedas conocer. Pero cuando pone su cara de carrera, asusta a cualquiera que se le acerque, que es lo que querían", comentó Keys. Para convencer al director, bastó una sola imagen: una foto de McWilliams con gesto serio, sentado en una silla y ataviado con su mono de cuero. La respuesta de Glazer fue inmediata y contundente: "Ese es mi hombre".
Con el visto bueno del director, que ni siquiera necesitó hablar con el piloto, Keys procedió a hacer la oferta. La conversación telefónica fue, como poco, memorable. "Realmente no conocía muy bien a Jeremy, lo llamé y le dije 'Soy Steve Keys', y él respondió: '¿Quién? ¿Quién es Steve Keys?'", relata el empresario. Tras una breve explicación, fue al grano: "Te he conseguido un papel en una película con Scarlett Johansson". La réplica de McWilliams, cargada de incredulidad, fue una sonora palabrota que podría traducirse como un "¡que te jodan!".
Jeremy McWilliams en un fotograma de Under The Skin
El propio McWilliams corrobora esta versión de los hechos. "Al principio, pensé que era una broma y esperaba que uno de mis amigos apareciera por la esquina en cualquier momento", confesó el piloto a la BBC. Le costó a Keys más de media hora convencerle de que la oferta era completamente seria.
El proceso de casting no se volvió menos extraño: le pidieron que se grabara con un móvil, vestido con su mono de cuero, simplemente doblando una esquina y mirando a la cámara. "Me sentí como un completo idiota", admitió McWilliams tras enviar el vídeo que le aseguraría el papel.
Finalmente, el norirlandés viajó a Escocia en el invierno de 2012 para dos semanas de rodaje. Su papel era tan enigmático como la propia película. "Realmente, querían que apareciera y pilotara una moto muy rápido por las Highlands de Escocia en condiciones realmente horribles, con nieve, hielo y lluvia", explicó. Sobre su personaje, añadió: "En la película, cuido de Scarlett, limpio lo que deja, elimino a alguien. Mato a los que ella deja escapar". Todo ello, sin una sola línea de diálogo, lo que consideró "práctico".
Jeremy McWilliams en un fotograma de Under The Skin
A pesar de la magnitud del proyecto y de trabajar codo con codo con una estrella mundial, McWilliams no se dejó impresionar. Su descripción de la actriz aleja cualquier mito de diva de Hollywood. Para él, Scarlett Johansson es simplemente "una persona muy normal y con los pies en la tierra".
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El rodaje se llevó a cabo con un secretismo casi total, una práctica habitual del director. "Incluso durante la grabación de la película, nadie supo mucho sobre ella. Jonathan es bastante reservado en todo lo que hace", afirmó el piloto.
