Vuelven los fantasmas al box de Pecco Bagnaia. Su excelente fin de semana en Japón no ha servido para que el piloto turinés arranque el Gran Premio de Indonesia con buenas sensaciones, cerrando una desastrosa jornada inaugural en Mandalika que ha relegado a Pecco a la 17ª posición, un resultado que le deja fuera de los puestos de acceso directo a la Q2 y que mañana le obligará a buscar una solución a contrarreloj para luchar por una buena posición el sábado.
El origen del problema, según detalló el propio Bagnaia, reside en la incapacidad de hacer funcionar el neumático trasero en el asfalto indonesio, un contratiempo que convierte su GP25 en una moto ingobernable. "Por alguna razón no conseguimos hacer funcionar el neumático trasero, es una dificultad bastante grande en este momento", admitió el piloto en alusión a la carcasa especial que Michelin ha llevado a Indonesia, la misma que la empleada en Buriram.
Las sensaciones del bicampeón sobre la moto fueron negativas de principio a fin: "Me sentí como si hubiera vuelto al GP de Misano, tenía los mismos problemas, no las sensaciones de Motegi", declaró. La frustración era palpable al explicar su impotencia en la pista: "No puedo parar la moto, no puedo aprovechar el grip, si abro gas antes o fuerzo la entrada en curva, el tren trasero se va. Fue un shock volver a la pista y no poder frenar ni una vez más".
El mal del viernes contrasta de forma llamativa con el rendimiento exhibido por la marca de Borgo Panigale en este mismo escenario la pasada temporada. "Es extraño, porque el año pasado nuestra moto iba bastante bien. Había cinco Ducati delante de todos en la Sprint y en la carrera. Necesitamos cinco vueltas con los neumáticos blandos y diez con los medios para que funcionen bien; en las primeras vueltas es casi peligroso porque la rueda trasera se desliza", recordó Bagnaia.
Ante este panorama, el plan de acción en el garaje oficial de Ducati se centrará en el análisis de datos, especialmente los de Fermín Aldeguer, la única Ducati competitiva del día. Bagnaia descartó cambios drásticos en la configuración. "La experiencia del año pasado me hace decir que no hay que tocar nada de la moto porque sería inútil. Mañana el agarre aumentará y solo tenemos que estudiar los datos", explicó.
La jornada del sábado se presenta, por tanto, como un desafío mayúsculo para el #63. Su primer objetivo será superar la repesca de la Q1, una tarea que no da por sentada. "No va a ser fácil entrar en la Q2 y tenemos que dar un paso adelante", reconoció.
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Durante la jornada de hoy se ha hablado mucho sobre el test que Pecco Bagnaia completó en Misano presuntamente a lomos de una de las Desmosedici GP24 de Franco Morbidedlli. Uccio Salucci ha confirmado esta mañana que, en efecto, le cedieron una de las motos 2024 al equipo de fábrica para el test, y cuando le han preguntado a Pecco sobre esto, el turinés se ha hartado: "Durante la temporada he intentado explicar las cosas lo más claramente posible, pero soy el piloto y tengo que concentrarme en pilotar. En cuanto a los asuntos técnicos, tenéis que preguntarle a Gigi Dall'Igna, no quiero responder más a estas preguntas. Yo solo digo lo que me dicen que diga, no quiero entrar en este juego", sentenció visiblemente cansado.
