.jpg) Javier OrtegaRedactor |
El Mundial de MotoGP aterriza en el Circuit de Barcelona-Catalunya para su decimoquinta cita del calendario, y lo hace con un protagonista absoluto que, paradójicamente, se viste de cautela. Marc Márquez, el indiscutible dominador de la temporada 2025, regresa a casa con una ventaja estratosférica en la clasificación, pero con un discurso que frena en seco cualquier exceso de confianza.
El piloto del Ducati Lenovo Team acumula la friolera de 455 puntos, cimentados en una racha imperial de siete dobletes consecutivos, sumando la victoria tanto en la carrera Sprint del sábado como en la prueba principal del domingo. Con estos números, busca en Montmeló su octava victoria consecutivo del año, un hito que consolidaría aún más una de las temporadas más arrolladoras que se recuerdan en el campeonato.
Sin embargo, el de Cervera prefiere mantener los pies en el suelo y apartarse del cartel de favorito que todos le cuelgan. "Esta no es una de mis mejores pistas, al menos sobre el papel, incluso en términos de resultados", admitió el octocampeón. A pesar de haber ganado aquí en 2014 y 2019 en la categoría reina, Márquez es consciente de las particularidades del trazado catalán.
El calor de su público será, como siempre, un factor emocional clave, aunque no necesariamente una ventaja técnica. "En cualquier caso, es mi carrera de casa y el ambiente que crean los aficionados es siempre único y especial", reconoció, antes de señalar el verdadero desafío. "Desde los entrenamientos libres del viernes, intentaremos comprender los verdaderos valores en el campo. Nos mantendremos concentrados y traeremos a casa tantos puntos como sea posible, considerando que esta pista valora mucho el estilo y las habilidades técnicas de nuestros rivales", en alusión Aprilia y, de paso, a su compañero Pecco Bagnaia.
Mientras Márquez predica prudencia, la fábrica de Borgo Panigale tiene ante sí una oportunidad de oro. La impresionante racha de su piloto estrella le ha servido en bandeja a Ducati el primer "match point" para sentenciar matemáticamente el campeonato de constructores. Si los resultados acompañan, la marca italiana podría celebrar el título el mismo sábado tras la carrera Sprint.
De lograrlo, sería el sexto entorchado consecutivo para Ducati, el séptimo en su historia, confirmando su dominio absoluto en la parrilla. La elección del escenario no podría ser más simbólica, ya que Barcelona es un circuito talismán para la firma roja. Aquí fue donde Loris Capirossi les dio su primera victoria en la categoría reina en 2003, un hito que después repitieron Casey Stoner (2007), Andrea Dovizioso (2017), Jorge Lorenzo (2018) y el propio Pecco Bagnaia, por partida doble, en 2024.
Precisamente en el otro lado del garaje oficial, la perspectiva es diferente. Bagnaia, actualmente tercero en la general con 228 puntos, llega a Cataluña con el objetivo de confirmar una recuperación que comenzó en la cita anterior. El piloto italiano viene de un fin de semana complicado en Balaton, donde tuvo que trabajar a contracorriente para encontrar sensaciones.
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"Sobre Balaton, si miramos la clasificación, fue definitivamente uno de los fines de semana más desafiantes del año", explicó Bagnaia. El turinés reveló la clave de su mejora en la última carrera: "Después de la clasificación, decidimos hacer algunos cambios muy significativos en la moto y volví a encontrar buenas sensaciones pilotando, especialmente durante la carrera del domingo. Seguiremos por este camino, trabajando para confirmar las mismas buenas sensaciones también en esta pista".
