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Sergio García ha salido rápidamente del infierno en el que cayó el pasado mes de junio cuando su ya ex equipo, el QJMOTOR - FRINSA - MSI, anunció un divorcio del cual ya se venían escuchando rumores desde hacía semanas. El piloto valenciano y la escudería madrileña pusieron punto y final a su relación de forma anticipada, una ruptura que dejó a Sergio postrado en el salón de su casa, esperando la llamada de algún equipo dispuesto a darle una oportunidad a un piloto que, tres años antes, fue subcampeón del mundo de Moto3.
Nadia podía esperar el guion del año deportivo que ha seguido Sergio García; tras un 2024 prometedor que le llevó a ganar dos carreras a y postularse como candidato al título de Moto2, el de Burriana arrancó el 2025 como uno de los claros favoritos con vistas al campeonato.
Lamentablemente, a solo unos días de comenzar la temporada, una caída en los test de Jerez le provocó a Sergio García una fractura en un dedo de la mano derecha que le obligó a perderse la carrera de Tailandia, y cuando iba a reaparecer en Argentina, los médicos encontraron problemas en la evolución de su lesión, obligándole a pasar por quirófano una segunda vez.
No fue hasta Qatar cuando Sergio logró volver a subirse a su Boscoscuro, pero tal y como él mismo temía, el chasis de este año no casaba bien con su estilo de pilotaje. Así lo ha explicado en una entrevista reciente recogida por Speedweek.com: "Fue terrible. El año pasado tuve muchos problemas al final con el nuevo chasis que nos dio Boscoscuro. Creo que no adaptamos la moto a ese chasis y basculante tan bien como debíamos".
Tras quedarse fuera de los puntos en Qatar y Jerez, Sergio firmó en Francia un 13º puesto que, de momento, sigue siendo su mejor resultado de la temporada. Después llegaron las citas de Silverstone y Aragón, donde el piloto español volvió a quedar fuera del top 15, y fue entonces cuando el QJMOTOR - FRINSA - MSI le invitó a marcharse para dejarle su asiento libre a Eric Fernández.
Cuestionado sobre qué fue lo que precipitó esta salida anticipada, Sergio afirma "no saber exactamente por qué", aunque no esconde el hecho de que "la relación no era buena" y que eso derivó en un clima insostenible dentro del garaje: "Al final, quisieron sacarme de la moto, y acepté porque era lo mejor para mí en ese momento. Fue muy duro, me dolió mucho".
Sergio se pasó varias carreras en casa, donde no dejó de entrenar, siempre pegado al teléfono. Finalmente recibió dos llamadas: primero la del Intact GP para cubrir la baja de Senna Agius en Hungría, donde solo pudo ser 16º sobre una Kalex casi desconocida para él, añadiendo además el uso de unas suspensiones WP con las que Sergio nunca había corrido.
La otra llamada que recibió, y con gran alegría, fue la del Gresini Racing para ofrecerle un asiento en Moto2 la próxima temporada, una oferta que el valenciano aceptó de inmediato: "Es increíble porque tuve muchos problemas este año, primero con la mano y las cirugías. Luego empecé demasiado tarde, tuve problemas con el equipo y la moto, y dejé de competir".
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Además, Sergio tiene muy en cuenta la presencia de Gresini Racing también en MotoGP, donde sus dos pilotos actuales, Álex Márquez y Fermín Aldeguer, están logrando resultados destacados con Ducati: "Es importante que tengan las Ducati en MotoGP, las mejores motos disponibles actualmente. Esta es una gran oportunidad", concluye el piloto español, que este próximo fin de semana debutará en el WorldSBK, en la cita de Magny-Cours, en sustitución del lesionado Iker Lecuona, dentro de las filas del HRC Team.
