Bruno Sánchez![]() Redactor |
Cuando uno piensa en Bimota, palabras como exclusividad, rareza o exotismo vienen rápidamente a la cabeza. Desde sus inicios, la compañía de Rimini siempre se ha caracterizado por lanzar tiradas muy limitadas de todos sus modelos, ya fueran con motor BMW (la serie B), Ducati (serie G), Yamaha (serie Y) o las últimas máquinas creadas en colaboración con Kawasaki, marca que, desde hace tiempo, posee el control casi total de Bimota.
Sin embargo, lejos de lo que puede parecer, vender una Bimota moderna de segunda mano parece haberse convertido en una misión casi imposible, sobre todo si el vendedor quiere sacar una ganancia de la venta. En el fondo, una Bimota no es una moto más: es una máquina cuyo chasis ha sido esculpido a mano en Rimini, con un diseño rompedor, una parte ciclo de primera y motores de origen Kawasaki con una fiabilidad y prestaciones más que contrastadas.
Una gran mayoría de los compradores de una Bimota ven en su nueva adquisición una forma de invertir a largo plazo, convencidos de que su valor de venta irá subiendo con el paso de los años. Pero dos ejemplos recientes sirven para confirmar que, lejos de ser un objeto de deseo en el mercado de segunda mano, las Bimota modernas no despiertan el interés de antaño.
El primer caso se ha dado en Francia, donde la prestigiosa casa de subastas RM Sotheby ofreció hace unos días toda una Bimota Tesi H2 Carbon con un llamativo acabado en color verde. Haciendo honor a su apellido, esta Tesi mantiene el exclusivo sistema de suspensión delantera alternativa con un basculante de aluminio y dirección en el buje, una idea surgida hace ya más de 30 años.
Está impulsada por el motor sobrealimentado de 998 cc de la Kawasaki Ninja H2, que desarrolla hasta 242 cv de potencia, todo ello envuelto en un carenado completo de fibra de carbono para minimizar el peso y con una parte ciclo de gran nivel, donde no faltan suspensiones Öhlins y frenos Brembo.
Bimota Tesi H2 Carbon verde
Una Tesi H2 Carbon nueva, comprada directamente en un concesionario, tiene un precio de 64.000 euros. RM Sotheby confiaba en que esta unidad personalizada, de la cual solo se han fabricado 250 unidades para todo el mundo -y esta es la única con acabado en verde- y que cuenta con 351 kilómetros en su marcador, superara con creces su precio de tarifa... pero nada más lejos de la realidad.
El mazo de la subasta dio su golpe final en una cifra de solo 36.000 euros, prácticamente la mitad que su valor nueva, dándole la oportunidad a su nuevo propietario de presumir de una de las motos más exclusivas del mundo a un 50% de su valor original, ¿quién lo diría?
Este no es el único caso de una Bimota moderna devaluada; un concesionario de Las Vegas, aburrido de no darle salida a una KB4 que tenía en stock, decidió ofrecerla a sus clientes a modo de subasta. La etiqueta marcaba un precio de 34.000 euros, y esa era la cifra que más o menos esperaban sacar desde el concesionario, pero entonces ocurrió lo que nadie esperaba: una ausencia prácticamente total de pujas.
Bimota KB4
Al finalizar la subasta, la oferta máxima por esta Bimota KB4 a estrenar era de solo 5.000 euros, cifra totalmente insuficiente que obligó al concesionario a anular la subasta y volver al formato tradicional de venta, eso sí, ofertándola ahora con un descuento adicional de casi 6.000 euros que dejará su precio final por debajo de los 30.000 euros.
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¿Están fallando Kawasaki y Bimota en la estrategia comercial de sus nuevos modelos? ¿O simplemente es cuestión de tiempo que estas exóticas máquinas italo-japonesas se revaloricen y acaben convirtiéndose en verdaderos objetos de colección con precios más acorde a su nivel? El paso de los años lo dirá.