Bruno Sánchez![]() Redactor |
El verano de 2025 será recordado en España como uno de los más devastadores en materia de incendios forestales. Las olas de calor extremo, unidas a una primavera muy lluviosa y a una falta de previsión por parte de las autoridades han dejado cicatrices imborrables en el paisaje y una profunda sensación de impotencia.
En este contexto, donde los megaincendios son cada vez más frecuentes y virulentos a nivel global, la búsqueda de nuevas herramientas para hacerles frente se ha convertido en una prioridad absoluta. Mientras los equipos de extinción luchan heroicamente en tierra y aire, el riesgo para las vidas humanas sigue siendo el factor más crítico en cada operación.
La necesidad de proteger a los bomberos forestales y pilotos ha acelerado la carrera por encontrar soluciones tecnológicas que puedan operar en las condiciones más extremas sin poner en peligro a las personas.
En este escenario global de búsqueda de soluciones, ha surgido una iniciativa pionera al otro lado del Atlántico. El estado de Oregón, en Estados Unidos, ha decidido explorar una nueva frontera en la lucha contra el fuego, y lo hace de la mano de un gigante tecnológico conocido por sus motores: Yamaha. Ambas partes han firmado un acuerdo para probar el potencial de un helicóptero no tripulado, el FAZER SAR, en misiones de mitigación y extinción de incendios.
El acuerdo sienta las bases para una colaboración que podría cambiar las reglas del juego. Según el comunicado oficial, "a medida que las temporadas de incendios se vuelven más intensas e impredecibles, la necesidad de herramientas innovadoras, flexibles y escalables se vuelve cada vez más urgente".
Esta alianza busca evaluar la utilidad de estas aeronaves no tripuladas capaces de operar más allá de la línea de visión, aportando una gran capacidad de respuesta rápida, especialmente ante fuegos incipientes en áreas remotas o de difícil acceso para los bomberos forestales.
El FAZER SAR de Yamaha no es un dron convencional. Se trata de un robusto helicóptero no tripulado propulsado por un motor de gasolina de dos cilindros y casi 400 cc. Su diseño le permite alcanzar una altitud máxima de casi 3.000 metros, puede cargar hasta 38 kilos de peso y cuenta con una autonomía de 60 minutos de vuelo, aunque con un depósito de combustible ampliado opcional, puede permanecer en el aire hasta seis horas, cubriendo un rango de operación de casi 600 kilómetros.
Una de las claves de su potencial versatilidad reside en su simplicidad logística. El dron utiliza gasolina sin plomo convencional, lo que teóricamente permitiría un repostaje rápido en casi cualquier lugar, sin depender de combustibles de aviación especializados, un factor crucial cuando se opera en zonas rurales o de difícil acceso.
A pesar del entusiasmo que genera la iniciativa, las autoridades de Oregón se muestran prudentes y recalcan que este es solo el primer paso de un largo camino. Kenji Sugahara, Director del Departamento de Aviación de Oregón, ha querido poner en perspectiva el alcance del acuerdo: "Esta es una colaboración con visión de futuro para comprender cómo la tecnología de la aviación —especialmente los sistemas no tripulados— puede aumentar nuestro conjunto de herramientas de respuesta a incendios forestales".
Sugahara también matizó que el acuerdo es de carácter exploratorio. "Si bien este memorando de entendimiento no otorga exclusividad ni autoriza el despliegue operativo, abre la puerta a pruebas colaborativas, a la participación de las partes interesadas y a la coordinación regulatoria", afirmó el director, dejando claro que el objetivo actual es la evaluación y el análisis.
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Durante los próximos meses, los bomberos de Oregón y técnicos evaluarán el rendimiento del FAZER SAR, su integración con los protocolos de extinción ya existentes y su verdadera utilidad para detectar, controlar y combatir las llamas. De su eficacia dependerá que esta tecnología deje de ser una promesa para convertirse en un aliado indispensable en los veranos cada vez más complejos que afronta el planeta.