![]() Redactor |
En el cenit de su carrera, con 200 Grandes Premios a sus espaldas y una reciente exhibición de poder en Sachsenring, Marc Márquez se detiene a mirar por el retrovisor. No para recrearse en la gloria, sino para señalar con una honestidad brutal el momento que define su trayectoria tanto como sus ocho títulos mundiales: su mayor error. Una decisión que, según confiesa, le ha dejado una huella imborrable.
La herida aún supura. El piloto de Cervera no duda en calificar su intento de regreso a la competición en 2020 como el punto de inflexión más oscuro de su vida deportiva. "Volver a Jerez fue el gran error de mi carrera deportiva", admite sin ambages en una entrevista para DAZN. "Si no hubiera regresado, me habría recuperado, habría estado en cabestrillo cuatro o cinco meses, pero se prolongó tres años y me ha dejado unas secuelas que hoy en día aún arrastro".
Esa madurez también se refleja en su forma de gestionar las relaciones en el paddock, un ecosistema de alta tensión donde los egos chocan a más de 300 kilómetros por hora. Al ser preguntado por el respeto, su respuesta es tajante y pragmática, un reflejo de su coraza mental. "¿Si me han faltado al respeto? No, y si me lo han faltado, era alguien que no me tenía que aportar nada", sentencia, dejando claro que filtra las opiniones externas con un criterio de utilidad personal y profesional.
Inevitablemente, el fantasma de su rivalidad más enconada, la que mantuvo con Valentino Rossi, sigue presente en el imaginario colectivo. Sobre una posible reconciliación, Márquez se muestra distante, colocando la responsabilidad en un terreno compartido donde su interés no es el único factor. "Cuando una cosa no depende solo de uno, no puedes decir 'tengo interés'. Repito, gente que me puede aportar algo, es la que quiero tener de cara", explica, cerrando la puerta a gestos unilaterales.
La sombra del italiano se proyecta también en las estadísticas. Sin embargo, Márquez niega que superar los números de Rossi sea una obsesión que guíe su carrera. Cuando se le plantea el reto de las 89 victorias del 'Doctor', su realismo es abrumador: "Lo veo difícil, sinceramente, son muchas victorias". En cambio, su mente está puesta en un objetivo más tangible, más secuencial. "¿Llegar a siete mundiales de MotoGP? Lo veo más fácil que llegar a las 89 victorias, o más factible. Son números. ¿Por qué lo veo más factible? Porque después del seis, viene el siete".
Este enfoque pragmático es el resultado de años de batallas en la pista. El piloto español se enorgullece de cómo manejó la presión desde su llegada a la élite. "Tuve las mías con Pedrosa, con Lorenzo, con Valentino... pero es que son rivales, compañeros de profesión, pero rivales", afirma, subrayando la naturaleza del deporte al más alto nivel. Lejos de afectarle, la confrontación se convirtió en combustible. "Lo que destaco más, o lo que me siento más orgulloso, es que cuando llegas con 20 años todas esas declaraciones te pueden afectar, y no lo hicieron, ni en mi carácter, ni en modo de pilotar".
De hecho, asegura que los ataques verbales de sus competidores obraban el efecto contrario en él. Lejos de amedrentarle, le servían como una fuente extra de energía para salir a la pista y demostrar su valía donde realmente importa. "Que me digan cosas malas, me motiva", confiesa, desvelando una de las claves de su fortaleza psicológica.
A pesar de la feroz competencia, Márquez siempre ha sido un estudiante del arte de sus rivales. Reconoce haber aprendido de todos ellos, absorbiendo sus puntos fuertes para integrarlos en su propio estilo instintivo. "Evidentemente de Dani (Pedrosa), porque era mi compañero de equipo. De cómo se pilota una MotoGP o que se tiene que hacer para rápido. Dani tenía un hándicap, su estatura y fuerza, de no ser así habría ganado más de un mundial de MotoGP. Intentaba pilotar como él, pero con más fuerza y un poco más agresivo, ya está. ", señala. "Luego he aprendido a gestionar carreras como lo hacía Valentino, a intentar hacer el modo martillo como Lorenzo, pero no puedes copiar a un rival".
Leer también: Aprilia y Martín hacen las paces: "Ir a los tribunales supondría mucho tiempo"
Al final, todo se reduce a una autenticidad que no negocia. Una forma de ser y de competir que le ha llevado a la cima y le ha ayudado a levantarse de la lona. "Sigo pilotando de instinto, haciendo las entrevistas de instinto, hago las celebraciones de instinto, porque no me gusta preparar nada".