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Cuando un piloto de la talla de Jonathan Rea decide competir con una decoración de casco especial, rara vez es un simple capricho estético. Y el que ha lucido este fin de semana en Donington Park, una réplica exacta del icónico diseño amarillo y negro de Joey Dunlop, es mucho más que un simple tributo. Es el capítulo más reciente de una historia de amistad, respeto y pasión por las carreras que une a dos de las familias más legendarias de Irlanda del Norte, los Rea y los Dunlop, desde hace más de medio siglo.
Para entender la profundidad de este homenaje, que conmemora el 25º aniversario del fallecimiento de "Yer Maun", hay que viajar en el tiempo hasta la década de los 70. En aquella época, un joven y ferozmente determinado piloto llamado Joey Dunlop empezaba a despuntar en las peligrosas 'road races'.
Su talento no pasó desapercibido para John Rea, abuelo de Jonathan, un apasionado de las carreras que, desde sus orígenes humildes, había logrado levantar una exitosa empresa de transportes. John vio algo especial en su compatriota y, en 1975, decidió apostar por él, creando el equipo Rea Racing para patrocinarle. Acababa de nacer una alianza icónica.
Esa confianza no tardó en dar sus frutos. En 1977, Dunlop logró su primera victoria en el Tourist Trophy de la Isla de Man a los mandos de una Yamaha TZ750, la moto que John Rea había comprado para él. Tres años más tarde, con esa misma máquina, conseguiría una de sus victorias más legendarias en el Classic TT de 1980, batiendo a las potentes motos de fábrica de la época. A partir de ahí, la leyenda de Joey no hizo más que crecer, hasta alcanzar las 26 victorias en el TT y cimentar su estatus como uno de los más grandes de la historia.
Pero la conexión entre ambas familias iba mucho más allá de un simple patrocinio. El padre de Jonathan, Johnny Rea, también compitió contra Dunlop. Eran rivales en la pista, pero amigos fuera de ella, y ambas familias pasaron mucho tiempo juntas. "Crecí en los paddocks de motociclismo cuando Joey todavía corría junto a mi padre... y miles y miles de personas lo adoraban, no solo aquí en Irlanda del Norte, sino en todo el mundo", recuerda Jonathan, para quien Joey Dunlop fue mucho más que un piloto.
Inspirado por este ambiente y por figuras como Dunlop, Jonathan siempre supo que quería ser piloto de carreras, una ambición que fue alentada desde el principio por su abuelo John. Aunque Jonathan era solo un niño cuando su abuelo falleció, hay un recuerdo que ha marcado toda su carrera.
"Creo que tenía seis... quizás siete años, cuando mi abuelo falleció, así que mis recuerdos de él son muy vagos", explica el seis veces campeón del mundo de Superbikes. "Hablando con gente del mundo del motor que conoció a mi abuelo, hablan con cariño de lo increíble que era. Pero sí recuerdo que me dijo, y es algo a lo que me he aferrado a lo largo de mi carrera, que algún día sería campeón del mundo".
Una profecía que, lamentablemente, John Rea no pudo ver cumplida. "Mi padre no llegó a ver a Jonathan ganar ninguno de sus campeonatos", reflexiona Johnny, el padre de Jonathan. "Pensando en lo que mi padre dijo al principio, que lo convertiría en campeón del mundo... Es difícil de creer que ahora sea seis veces campeón del mundo".
Aunque John Rea no pudo ser testigo del éxito de su nieto, la conexión entre ellos sigue viva a través de un objeto de un valor incalculable: la Yamaha TZ750 de 1979 que compró para Joey Dunlop. Esa misma máquina que llevó a "Yer Maun" a la gloria en el Classic TT de 1980 sigue perteneciendo a la familia Rea.
"Fue mi padre quien compró la moto para Joey, y la historia de esa moto es increíble", afirma Johnny Rea, quien también compitió y ganó con ella. "La piloté durante un año y gané muchas carreras en circuito corto. Diría que probablemente tiene más victorias que cualquier otra moto en el mundo". Para la familia, su importancia va mucho más allá de las carreras. "Estoy increíblemente orgulloso de que esta moto permanezca dentro de la familia. Es parte de nuestra herencia familiar", sentencia Jonathan.
Este mismo año, la historia cerró el círculo de la forma más emotiva posible. Jonathan fue invitado a pilotar esa misma TZ750, la que su abuelo había comprado casi cinco décadas antes, durante el evento "Joey 25", un memorial celebrado en Ballymoney para conmemorar los 25 años del fallecimiento de Dunlop. Fue un momento que unió a tres generaciones de la familia Rea a través de una máquina extraordinaria.
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"Fue realmente, realmente bonito", confesó Jonathan tras participar en un desfile por la ciudad natal de Dunlop. "No solo para mí como piloto por estar involucrado en el evento, sino también para la familia de Joey. Estoy seguro de que también lo fue para los aficionados y para la ciudad de Ballymoney".