 Bruno Sánchez@todocircuitoweb |
Si algo he aprendido en estas más de dos décadas subido a todo lo que tiene dos ruedas y un motor, es que pocas cosas definen tanto el comportamiento de una moto como el trozo de goma que la une al asfalto. Podemos hablar horas sobre suspensiones, mapas de motor o la rigidez de un chasis, pero al final, toda esa ingeniería y todos esos caballos se transmiten a través de una superficie de contacto no mucho más grande que una tarjeta de crédito.
Y aquí, amigos, es donde reside el eterno dilema del motero con alma deportiva: queremos el agarre de un chicle, la confianza para tumbar hasta rozar con el casco, pero también queremos que esa inversión no se evapore en un par de salidas de fin de semana.
Durante años, la elección era un sacrificio. O montabas una goma blanda, pegajosa y gloriosa que te duraba un suspiro, o te conformabas con un compuesto duro, eterno, pero que te hacía sudar frío en cada curva. Afortunadamente, la tecnología ha avanzado a pasos agigantados.
Hoy en día, el blanco y el negro han dejado paso a una infinita gama de grises, y es posible encontrar un equilibrio casi perfecto entre prestaciones de infarto y una durabilidad más que razonable. La clave está en saber qué buscar. Así que, si estás pensando en cambiar de "zapatos" para tu deportiva, déjame que te guíe a través de las cuatro claves fundamentales que debes tener en cuenta para hacer una elección inteligente.
Clave 1: El compuesto
Cuando hablamos de neumáticos, la palabra "compuesto" es omnipresente, pero a menudo la simplificamos en exceso. Ya no se trata solo de "blando" o "duro". La verdadera magia de un neumático deportivo moderno reside en la complejidad de su mezcla y, sobre todo, en cómo se distribuye esa mezcla a lo largo de la banda de rodadura. Aquí es donde entra en juego la tecnología Multi-Compuesto.
La idea es brillante en su simplicidad: ¿por qué usar la misma goma en el centro del neumático, donde pasamos la mayor parte del tiempo rodando en línea recta y exigimos durabilidad, que en los flancos, donde necesitamos el máximo agarre al inclinar? Los fabricantes más avanzados han perfeccionado esta tecnología, que en el caso de Dunlop, por ejemplo, denominan Multi-Tread (MT). En su nuevo SportSmart Mk4, el neumático trasero combina un compuesto central más resistente al desgaste con unos hombros mucho más blandos, diseñados para pegarse al asfalto en plena curva. Esto nos da lo mejor de dos mundos: una vida útil prolongada en nuestros trayectos por autovía o nacionales, y la confianza de un agarre casi de competición cuando llegan las curvas.
Pero la receta no acaba ahí. Hay otro ingrediente que ha revolucionado el rendimiento, sobre todo en condiciones complicadas: la sílice. Un compuesto con un alto porcentaje de sílice de alta dispersión mejora drásticamente el agarre en superficies mojadas o frías. La sílice ayuda al neumático a mantener su flexibilidad a bajas temperaturas, lo que se traduce en un calentamiento más rápido y una mayor confianza desde los primeros kilómetros. Si antes los neumáticos deportivos eran enemigos declarados de la lluvia, los modelos de última generación, como el mencionado SportSmart Mk4, gracias a sus nuevos polímeros y a esta sílice de alta tecnología, han logrado ganancias de agarre en mojado de hasta un 20%, una cifra que hace unos años nos habría parecido ciencia ficción.
Clave 2: La estructura y el perfil
Un error común es pensar que un neumático es solo la goma que vemos. Lo que hay debajo, la carcasa, es igual o más importante. La estructura interna de un neumático es su esqueleto, y es la responsable de la estabilidad, el confort y, sobre todo, del "feedback" o la información que nos transmite sobre lo que está pasando ahí abajo.
Un neumático demasiado rígido puede resultar nervioso e incómodo en carreteras bacheadas, mientras que uno demasiado blando puede sentirse impreciso y flanear a altas velocidades. El equilibrio es, una vez más, la clave. Aquí es donde entran en juego tecnologías como la construcción con cinturón sin juntas (JLB). Esta técnica, utilizada por Dunlop en sus neumáticos de altas prestaciones, consiste en un cinturón de acero o aramida que envuelve la carcasa sin uniones ni solapamientos, lo que garantiza una mayor estabilidad a alta velocidad, una huella de contacto más uniforme y una respuesta más predecible.
Junto a la estructura, el perfil del neumático juega un papel fundamental en el comportamiento dinámico de la moto. El perfil, especialmente el del neumático delantero, determina la agilidad de la moto, la facilidad con la que inicia el giro y cómo se mantiene en la trayectoria una vez inclinada.
Un perfil demasiado puntiagudo puede hacer que la moto "caiga" hacia el interior de la curva de forma brusca, mientras que uno demasiado plano la volverá lenta y perezosa. Los fabricantes invierten miles de horas en desarrollar perfiles que ofrezcan un comportamiento neutro y predecible. La filosofía de diseño Dynamic Front Formula (DFF) de Dunlop, por ejemplo, busca optimizar el perfil del neumático delantero para que trabaje en perfecta armonía con el trasero, logrando cambios de dirección con mínimo esfuerzo y una precisión milimétrica en el paso por curva.
Clave 3: El dibujo
A menudo nos dejamos llevar por la estética del dibujo de un neumático, pero su diseño es una de las partes más funcionales y estudiadas de todo el conjunto. Cada surco, cada ranura, tiene una misión específica. La más evidente es la de evacuar el agua en condiciones de lluvia para evitar el aquaplaning, pero sus funciones van mucho más allá.
El dibujo influye en el tiempo de calentamiento del neumático, en la rigidez de la banda de rodadura y en cómo se deforma la huella de contacto al acelerar, frenar o inclinar. Los ingenieros utilizan complejos programas de análisis por elementos finitos (FEA) para simular y optimizar cada milímetro del dibujo. El objetivo es que este trabaje en perfecta sintonía con el compuesto y la estructura de la carcasa. Por ejemplo, en el SportSmart Mk4, el dibujo se ha diseñado partiendo de la base de sus exitosos predecesores, pero modificándolo para adaptarse a las propiedades de los nuevos compuestos y la nueva construcción, buscando optimizar la rigidez y la huella de contacto en cada situación.
Un buen diseño del dibujo también puede influir en la confianza que nos transmite la moto. Un neumático bien diseñado resistirá la tendencia a levantarse si tocamos el freno en plena inclinación ("stand-up"), un detalle que aporta una enorme seguridad y que indica el nivel de desarrollo que hay detrás de esa goma.
Clave 4: La versatilidad y el "factor pista"
La última clave, y quizás la más importante, es la honestidad. Debemos ser honestos con nosotros mismos sobre el uso real que le vamos a dar a la moto. El mercado de neumáticos deportivos (o "hypersport") se ha segmentado enormemente. Ya no existe "un neumático deportivo", sino toda una gama que va desde gomas 100% de carretera con altas prestaciones, hasta neumáticos de uso mixto 50/50 carretera-circuito, pasando por gomas de "track day" o incluso neumáticos de competición homologados para calle.
Elegir un neumático demasiado radical para un uso exclusivo en carretera puede ser contraproducente. Una goma de circuito necesita mucha más temperatura para funcionar correctamente, puede tener un comportamiento extraño en frío y su desgaste en la calle, al no usar los flancos de la misma manera que en pista, será irregular y prematuro.
Aquí, la gama de un fabricante como Dunlop es muy ilustrativa. Su SportSmart Mk4 está diseñado principalmente para la carretera, ofreciendo un rendimiento excepcional en un amplísimo rango de condiciones, desde el asfalto frío y húmedo hasta el calor del verano. Si en tus planes entran algunas tandas ocasionales en circuito, quizás su hermano, el SportSmart TT, con su enfoque 50/50, sea una opción más adecuada. Y si tu hábitat natural es el circuito, entonces ya entraríamos en el terreno de los GP Racer o GP Pro D213.
Una señal de la versatilidad de un neumático deportivo moderno es la tecnología NTEC RT. Este sistema permite al piloto reducir significativamente las presiones del neumático trasero cuando entra en circuito, lo que aumenta la huella de contacto y maximiza el agarre mecánico, para luego volver a las presiones de carretera al terminar la tanda. Es un detalle que nos da una pista sobre la capacidad de un neumático para rendir bien en diferentes escenarios.
En definitiva, el neumático perfecto no existe, pero sí existe el neumático perfecto para ti y para tu moto. Analizando el compuesto, la estructura, el dibujo y, sobre todo, siendo sincero con el uso que le vas a dar, podrás hacer una elección informada. La buena noticia es que, gracias a la tecnología actual, ya no tenemos que elegir entre agarre y duración. Podemos tenerlo todo. Solo hay que saber buscarlo.
