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Ver a Pecco Bagnaia en el tercer escalón del podio de Sachsenring podría parecer, a simple vista, un buen resultado. Pero para un tricampeón del mundo acostumbrado a la victoria, la procesión va por dentro. Tras una carrera de supervivencia en la que supo pescar en río revuelto, el piloto de Ducati ha hecho un balance agridulce, una mezcla de satisfacción por el resultado y de frustración por una realidad que, según sus propias palabras, se repite una y otra vez: la de ver a los hermanos Márquez un paso por delante.
El domingo en Alemania fue la noche y el día en comparación con el desastre del sábado. Partiendo desde la cuarta fila, Bagnaia supo gestionar una carrera caótica, plagada de caídas, para asegurarse un podio que le devuelve a la senda de los buenos resultados. "Cuando sales desde la cuarta fila tienes que estar feliz si llegas tercero", admitió el italiano. Sin embargo, su honestidad le impidió mostrar una alegría completa: "El hecho es que no estoy satisfecho al 100%, porque tenía el potencial para hacer mucho más, aunque luego he recogido el máximo de lo que podía".
Y es que, más allá de su propia actuación, la carrera de Sachsenring volvió a poner sobre la mesa la jerarquía que se ha establecido esta temporada en el universo Ducati. Con Marc Márquez logrando una nueva y aplastante victoria, y con un heroico Álex Márquez siendo segundo con una mano recién operada, la sensación para Pecco es la de estar viviendo un 'déjà vu' constante.
"Al final es más o menos la historia de siempre, aunque hemos conseguido dar un buen paso adelante respecto a ayer", confesó Bagnaia, en una de las frases más reveladoras de su análisis. Una "historia" en la que su compañero de equipo parece inalcanzable, y en la que incluso un Álex mermado físicamente ha demostrado una fortaleza admirable. "Álex ha hecho un trabajo fantástico, considerando que estaba lesionado. Pienso que ha sido una carrera intensa con cuatro pilotos que teníamos el mismo ritmo, a parte de Marc que ha hecho un trabajo aparte", reconoció, elogiando a sus dos máximos rivales.
La carrera del domingo fue una auténtica prueba de eliminación. Las caídas de pilotos como Marco Bezzecchi o Fabio Di Giannantonio cuando rodaban en posiciones de podio allanaron el camino para el italiano. Bagnaia es consciente de que la fortuna jugó un papel, pero también reivindica su propia gestión en una carrera donde cometer un error era extremadamente fácil.
"En el transcurso de la carrera han sucedido varias cosas, muchos pilotos han cometido errores, a parte de mí, Marc y Álex", señaló. "No importa desde dónde salga. El hecho es que acabo siempre 3º y no me gusta. Ciertamente hay que mirar el lado positivo del domingo y estoy bastante satisfecho con el resultado, porque nunca puedes saber qué sucede cuando sales desde atrás".
A pesar de la frustración, Bagnaia no pierde la fe en sí mismo. Sabe que el potencial está ahí y que es solo cuestión de tiempo que todas las piezas del puzzle encajen. "Yo sé lo que puedo hacer y cada vez que vuelvo a la pista conozco mi potencial, partiendo de cero", afirmó con rotundidad. "Obviamente hay momentos en los que me sale mejor, otros en los que peor, pero yo sé cuándo y dónde puedo luchar. De hecho, en seco sabía que podía luchar por el podio".
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El piloto de Turín sabe que el camino para volver a la cima pasa por seguir trabajando sin descanso. "Yo y Álex teníamos más o menos el mismo ritmo, pero hay que dar 2 o 3 pasos adelante, trabajando en la dirección tomada, haciendo más vueltas. Soy de la idea de que haciéndolo así encontraremos antes la solución".