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Adiós a la fibra de carbono, hola a las fibras naturales. BMW ha decidido que el futuro de sus coches (y quizás también de sus motos) pasa por el campo... literalmente. Tras años de desarrollo y pruebas en circuito, la marca bávara ha confirmado que sus próximos modelos de producción integrarán piezas fabricadas a partir de lino, ese mismo que hasta ahora solo asociábamos a camisas arrugadas y panecillos bio.
Este avance llega gracias a una colaboración con la suiza Bcomp, una empresa de tecnología limpia que ya trabaja también con Porsche, Polestar o Volvo. La idea era clara: encontrar un sustituto sostenible para la fibra de carbono que no comprometa ni la rigidez ni el rendimiento. Y parece que lo han logrado.
Las piezas de este nuevo material no solo son más ecológicas, sino que ofrecen una estética distinta gracias al trenzado visible de las fibras. Y no hablamos de decoraciones de interior: BMW ya ha montado techos completos, difusores traseros y embellecedores del capó con esta tecnología, tal como se ha visto en un prototipo del M4 Coupé. ¿El resultado? Un 40% menos de emisiones de CO₂ durante la producción solo por cambiar el material del techo, según datos de la propia marca.
Franciscus van Meel, CEO de BMW M GmbH, lo resumió sin rodeos: “Los compuestos de fibras naturales son un elemento clave en las soluciones ligeras e innovadoras en el automovilismo, permitiendo una reducción de las emisiones de CO₂e en la fabricación. La fibra natural es una innovación que ejemplifica perfectamente el lema de BMW M: ‘Nacido en los circuitos. Hecho para la calle’”.
Y no es solo un experimento de laboratorio. Este nuevo material lleva rodando desde 2019 en los coches de BMW M Motorsport, arrancando en la Fórmula E y expandiéndose al M4 DTM y al M4 GT4. De hecho, el M4 GT4 que correrá en las 24 Horas de Nürburgring este año ya lo lleva incorporado.
BMW asegura que las fibras naturales no solo cumplen con los estrictos requisitos estructurales para homologaciones, sino que también tienen ventajas al final del ciclo de vida del vehículo, algo que cada vez preocupa más a las marcas. Por si fuera poco, BMW i Ventures (el brazo inversor de la casa) ya ha metido dinero en Bcomp, lo que deja clara la apuesta de futuro.
Pero si creías que esto solo va de coches, piénsalo otra vez. BMW Motorrad podría estar muy cerca de adaptar esta tecnología a sus motos. No hay fecha oficial, pero con las bestias de dos ruedas creciendo en tamaño y peso año tras año, encontrar materiales que aligeren el conjunto sin perder resistencia es casi una necesidad. Y si encima son ecológicos, pues mejor que mejor.
Mientras tanto, otras marcas están mirando de reojo. Royal Enfield coquetea con la idea en su futura Himalayan eléctrica, y Honda ya utiliza materiales similares en la NC750X, bajo el nombre de Durabio. Pero por ahora, BMW ha sido la primera en anunciar el paso del campo al circuito... y del circuito al concesionario.
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En palabras de la propia nota oficial: “El intercambio de compuestos de fibra de carbono por compuestos de fibra natural en el techo conduce a una reducción del CO₂ de alrededor del 40 por ciento en producción”.
