.jpg)
 Por John Fernández@johnnyfumi |
Marc Márquez no solo ganó en Mugello. Se impuso con autoridad, estrategia y cabeza en una de las carreras más intensas que se recuerdan en los últimos tiempos. En el patio italiano, con los abucheos aún recientes, el #93 respondió de nuevo en pista con una victoria trabajada al milímetro. Fue un duelo entre hermanos y un viejo conocido, Pecco Bagnaia. Márquez supo leer la carrera, gestionar los neumáticos y esperar su momento. Lo hizo todo con la cabeza fría y el puño caliente.
El catalán peleó desde la salida, pero eligió no dejarse arrastrar por la euforia del cuerpo a cuerpo. Dejó hacer, esperó, y cuando la goma estuvo en su sitio, metió el ritmo que había enseñado en entrenamientos. Ni su hermano Álex ni un combativo Bagnaia pudieron con él tras una batalla de adelantamientos. El mensaje, además, es muy claro: el Mundial pasa por sus manos: "Falta bastante, pero estamos cerca".
Con este resultado, Marc Márquez consolida todavía más su liderato en el campeonato con 270 puntos. Saca 40 a su hermano Álex, segundo en la general, y 110 al vigente campeón, Pecco Bagnaia, que ya ve cómo se le escapa el título. Márquez, por ahora, juega a placer.
"La verdad que se ha trabajado más que en Aragón, se ha sufrido más que en Aragón y se ha ido más al límite", reconocía Márquez tras la carrera. "Lo hemos sufrido las primeras vueltas con ese cuerpo a cuerpo que he conseguido con muchísimas ganas, pero tenía que gestionar gomas. A la vez atacaban, entonces he decidido mantener un poco la calma y, cuando pasaran esas siete u ocho vueltas, empezar a imponer el ritmo que había tenido en entrenos", dijo.
Asegura que venía "con mentalidad de defender, de intentar perder los menos puntos posibles", pero ayer ya vio que la victoria era posible. "Salí con muchísimas ganas, como se ha visto, pero tenía todo el rato en la cabeza: la carrera es muy larga, paciencia".
This moment was just box office 🔥#ItalianGP 🇮🇹 pic.twitter.com/Y3qkI4lX9K
— MotoGP™🏁 (@MotoGP) June 22, 2025
Sobre su evolución como piloto con Ducati, fue claro: "El año pasado cuando salté a la Ducati llevaba 10 años pilotando de la misma manera, con el mismo estilo. Y la Ducati es bastante diferente. El ADN no cambia: se pilota con el trasero, súper fino, no forzar tanto el delantero. Ahí he ido dando pasitos". También valoró el hecho de haber añadido explosividad a su estilo: "Es lo que me faltaba en la Sprint el año pasado, y este año le he sumado esa explosividad a la gestión de carrera. Hoy me he encontrado muy cómodo".
En cuanto a su hermano, con quien firmó un doblete histórico, confesó que lo están viviendo de forma especial: “Lo que se está produciendo no es nada normal en la historia del deporte. Lo tenemos que disfrutar. Entrenamos juntos, dormimos la siesta juntos, y nos ayudamos mutuamente. Esta mañana, por ejemplo, en el warm up me preguntó si iba a salir con el medio. Me está enseñando de lo que es capaz y eso me ayuda también a crecer".
A pesar de que hoy se cumplían 93 victorias en su carrera, Marc evitó la provocación con el número vistos los acontecimientos y abucheos de ayer: "Podía haber celebrado con el 93, pero no hace falta provocar. Es mejor hablar en pista. Me siento cómodo, me siento bien. Ya con 32 años parece que hable como si tuviera 60, pero en el Mundial ya voy de vuelta. No pasa nada".
Leer también: Los hermanos Márquez se imponen a a un Bagnaia que queda fuera del podio tras una carrera de infarto
Su objetivo está claro: mantener ese colchón de 37 puntos con el segundo: “Porque en caso de caída, de cero, que no quiero utilizarlos así, puede pasar. Es ahí donde tienes el margen. Seguimos en la pelea". Y aunque no olvida a Bagnaia, Morbidelli o Di Giannantonio, lo tiene claro: "El rival más importante lo tengo en casa. De verdad".
