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Hay quien sube puertos en moto (la mayoría de moteros lo hacemos una y otra vez). Luego está Guenther Schachermayr, que lo hace en una Vespa, sin rueda delantera, a caballito y con los ojos tapados. Y no es broma. A este hombre le apodan "el loco de la Vespa" y hoy te va a quedar claro el motivo (con vídeo incluido).
Este especialista austriaco de 47 años, conocido como el “loco de la Vespa”, ha vuelto a superarse. Su último desafío ha sido recorrer 4,5 kilómetros de una carretera de montaña en St. Ulrich (Alta Austria) haciendo caballito... Y completamente a ciegas. No llevaba casco con visera tintada, ni gafas oscuras. Llevaba literalmente una capucha negra ceñida al cuello que no le permitía ver absolutamente nada.
Para añadirle un poco más de dramatismo al tema, la capucha no era una simple capucha; no le permitía respirar, ni ver absolutamente nada. Por eso iba con un pequeño tanque de oxígeno medicinal para poder ir respirando.
¿La Vespa? Modificada, claro: sin suspensión delantera, sin rueda delantera y con unos pequeños patines (tipo ejes de monopatín) por si el tren delantero tocaba suelo. Como respirar con esa capucha era casi imposible, se le instaló una botella de oxígeno medicinal bajo el manillar. Y como guinda, su única guía era una persona que conducía un coche por delante, dándole instrucciones por radio: "Izquierda, derecha, más gas, cuidado". Todo eso, en una carretera de montaña con curvas cerradas y sin margen de error.
Aunque esta vez no buscaba romper un récord oficial, el reto formaba parte de su entrenamiento para lo que sí pretende ser una hazaña con mayúsculas: subir el Grossglockner, el puerto alpino más alto de Austria (más de 25 km de ascenso hasta casi 2.500 metros de altitud), en las mismas condiciones. Es decir, Vespa a una rueda, sin ver nada, con oxígeno y guiado por radio. Solo decirlo ya suena a locura.
No es la primera vez que Schachermayr hace algo así. En su historial hay saltos desde avioneta, tirolinas, puenting... Todo con una Vespa. Incluso arrastró un Cessna hasta la velocidad de despegue. Pero también ha aprendido por las malas: hace unos años intentó uno de sus retos en una carretera abierta sin permisos, la policía lo detuvo, le retiraron el carné y le prohibieron publicar las imágenes. Desde entonces, todos sus desafíos se hacen con autorización y en lugares cerrados al tráfico.
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"No lo intentéis. De verdad. Ni lo penséis", aclara el hombre que está a punto de subir un puerto de 25 kilómetros haciendo el caballito, con una bolsa en la cabeza y oxígeno para respirar. Mientras, aquí tienes el vídeo: