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Hay verdaderos apasionados de los motores ahí fuera. Reconozcámoslo, el mundo de la moto es práctica y enteramente pasional. Y de vez en cuando sale alguien que lo demuestra con todas sus ansias, como el protagonista de hoy, que ha construido un motor de dos tiempos con piezas de ferretería, literalmente.
El loco intento de este youtuber parte de la base de que construir un motor de dos tiempos normalmente requiere un cierto grado de habilidad y conocimiento profundo de la mecánica. Y solo necesitó un torno y un soldador, porque lo demás lo fue comprando en la ferretería. Un complicado rompecabezas con final feliz.
Este yanqui amante del olor a mezcla de gasolina y aceite sabía que era complicado. Partimos de la base de que un motor de dos tiempos se diferencia de uno de cuatro tiempos en tres cosas, principalmente: uno, que no tienen válvulas (más fácil de construir, más liviano), que se encienden una vez por cada rotación, mientras que los de cuatro tiempos se encienden una vez cada dos rotaciones (más potencia) y que puedeen funcionar en cualquier orientación (no como los de 4T, que suelen ir en vertical).
Ahora bien, con todas las piezas compradas en la ferretería, se puso a soldarlas individualmente para crear una única. Pero tuvo un gran problema: las vibraciones en el cilindro. Lo solucionó (como verás), y luego pasó a construir el cigüeñal. También llegaron problemas con el arrancado; básicamente no arrancaba bien. Una vez arrancaba y funcionaba, se paraba tras quemar todo el líquido de arranque. Segundos, y adiós.
Atención, spoiler: dos meses después este americano salió de la cueva e hizo funcionar su motor de dos tiempos. El americano va enseñándote en su vídeo todo el proceso paso por paso, incluido los pasos a través del software, hasta conseguir darle forma y solventar poco a poco todos los problemas. Lo que parece una miniatura lleva un trabajo terriblemente complicado detrás.
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Así que ponte unos auriculares y disfruta de la sinfonía de este curioso y molón motor de dos tiempos, que ronronea y deja una nube de humo propia de una época que ya pasó a la historia, pero que muchas recuerdan con pasión.